Lula cerró la campaña con una multitudinaria caminata
El líder del Partido de los Trabajadores (PT), principal respaldo de Dilma Rousseff, encabezó una caravana con miles de militantes en San Paulo.
La jornada se tornó pura alegría en la Praça da Patriarca, punto de encuentro de militantes que se congregaron embanderados con los colores del PT para dejar su apoyo a Rousseff en la recta final de la dura campaña que comenzó hace tres meses.
Banderas, bombos, carteles, música y hasta baldes de agua y una pileta de lona vacía, en alusión a la crisis del agua que vive la región por el clima y falta de obras de infraestructura del gobierno en manos de la oposición, fueron el escenario que acompañó un día caluroso, a dos jornadas del balotaje.
Los simpatizantes petistas, en su mayoría miembros de centrales sindicales y militantes pero de un abanico etario imposible de describir, bailó, cantó y saltó durante toda la previa a la llegada del líder partidario, que el lunes cumple 69 y pidió a los brasileños que le regalen "una victoria de Dilma".
Con ese objetivo Lula hoy llegó a San Pablo, plaza electoral donde gana desde hace 20 años el PSDB, para acompañar y complementar a su candidata en la tarea de consolidar las diferencias que desde ayer muestran las encuestas.
“Hoy todo estamos aquí porque necesitamos que Dilma continúe en el gobierno”, explicó a Télam Analia Mara da Costa Araon, de 46 años mientras posaba para una foto que le sacaba su amiga con el celular, también “lookeado” con calcomanías con la cara de Rousseff.
De fondo, la música se mezclaba entre el hit que dominó todos los actos de campaña, “Corazón Valiente”, en una punta de la plaza con un puesto con parlantes.
Otras canciones, que salían de parlantes montados sobre dos vehículos ubicados en otro sector del predio, se referían al opositor Neves. “A tucana vai cair, vai cair vai cair”, era el estribillo, en referencia al apodo con el que denominan a los socialdemócratas, cuyo símbolo es justamente un tucán.
En medio del desborde de banderas (casi todos los presentes tenían una en su mano), y de los cantos, en los militantes petistas predominaban las sonrisas, confiados como están en el triunfo de la candidata, aún más después de que los sondeos la dieran entre seis y ocho puntos por encima de su rival.
“Estamos así porque ella nos dio alegría y poder a los que teníamos poco”, argumentó Floracie Dispo da Silva, metalúrgica que niega parentesco con el anfitrión de la manifestación. “Entiendo que haya personas indecisas porque se habla mucho de la corrupción, pero corrupción hay en todos los partidos, y Rousseff la enfrenta, en cambio Neves oculta todo”, acusó.
Entre los carteles, que mezclaban mensajes de amor y paz con denuncias contra Neves, se podía leer "Dilma pela Constituyente”, “El povo com Dilma”, “Dilma pelo parto humanizado” o algunos más fuertes como el que sostenía un hombre: “Antidoping no Globo no debate tonight”, apuntando al debate televisivo en el que participarán los dos candidatos en la cadena TV Globo, rn Rio de Janeiro, que será clave según los analistas, sobre todo para conquistar a los indecisos.
Cuando los bombos y las canciones ya no dejaban percibir con claridad las consignas, la multitud, que estaba dispersa se amontonó sobre una esquina, alertando sobre la llegada del ex mandatario y al segundo, el recibimiento fue unánime y futbolero: “¡Ole Ole Ole, Lula, Lula!”, a lo que siguió, “¡Lula guerrillero! ¡Del pueblo brasilero!”.
De camisa roja y con un notable buen humor, Lula saludó, se subió al vehículo sin techo y comenzó la caravana por la calle Patriarca, luego por Direita y finalizó en la imponente Praça da Sé, centro geográfico de la ciudad, con la catedral paulista de fondo.
Entre el tumulto, un hombre gritaba el nombre de Lula y Dilma mientras llevaba un helicóptero y un avión de juguete en sus manos. “Representa la corrupción de Neves que financió una pista de aterrizaje en la hacienda de un tío, y que por otro lado ocultó un caso de corrupción de un helicóptero que cargaba droga, por el que está preso un piloto”, disparó el militante llamado Luis Carlos Luca, contrastando el nivel de acusación con una sonrisa, mientras miraba como su líder avanzaba entre la ola de presentes.
Pero las críticas al socialdemócrata se neutralizaban con los cantos a favor de la candidata, que ayer aclaró no estar de acuerdo con las agresiones, quizás luego de comprender que en el segundo debate que protagonizó con Neves, ambos salieron muy desgastados.
Lula, por su lado, entendiendo el sentido de la caravana donde el mensaje fue ser optimistas el próximo domingo, se colocó en su mejilla una calcomanía con un corazón y besó cada una de las banderas que le acercaban al “balcón” del vehículo que compartía junto con el alcalde de San Pablo, Fernando Haddad, y con el ministro de Salud y ex candidato a gobernador, Alexandre Padilha.
La legislación electoral brasileña permite para los días previos a las elecciones reuniones proselitistas, pero no la difusión de mensajes de los candidatos ni la propaganda por medios audiovisuales.
Por eso, tras recorrer el trayecto de unos 600 metros, Lula saludó sobre un camión rojo montado en las puertas de la Catedral y sólo tomó el micrófono para agradecer a la multitud que continuaba bailando y mostrando las banderas.