Los presidentes colombiano, Juan Manuel Santos, y venezolano, Nicolás Maduro, acordaron en una extensa reunión en Quito el retorno de sus respectivos embajadores y la apertura de una investigación sobre la situación en la frontera común, cerrada desde hace más de un mes por decisión de Venezuela. También decidieron tratar con sus equipos ministeriales "los temas sensibles" relativos a la crisis fronteriza que han mantenido, lo que harán a partir de una primera reunión que se celebrará este miércoles en Caracas.

La declaración, leída por el presidente de Ecuador, Rafael Correa, incluye también otros puntos, como "la progresiva normalización de la frontera", la "coexistencia de los modelos económicos, políticos y sociales de cada país" y "un llamado al espíritu de hermandad y la unidad, propiciando un clima de mutuo respeto y convivencia", además de "continuar trabajando con el acompañamiento de Ecuador y Uruguay".

Santos mostró su respeto a las medidas adoptadas por el Gobierno de Venezuela ante la crisis, como el cierre parcial de la frontera y las expulsiones de colombianos en situación irregular, pero remarcó su exigencia de respeto a los derechos humanos de sus compatriotas y dijo que se acordó investigar también lo sucedido en estos casos.

Maduro, por su parte, manifestó su esperanza en que el cronograma trazado para estudiar los problemas comunes permita "despejar" los asuntos que afectan a ambos países para beneficio de sus respectivos pueblos y "de toda la región sudamericana". El gobernante venezolano reconoció que el encuentro con Santos no estuvo exento "de complejidades y de dificultades" debido a lo delicado de los asuntos tratados, "pero hemos demostrado que con voluntad política sí se puede" encontrar solución a los problemas, señaló tras el diálogo de cuatro horas en el Palacio de Carondelet, sede de gobierno de Ecuador, con la presencia de los presidentes Rafae Correa, del país anfitrión, y Tabaré Vázquez, de Uruguay.