Milicias prorrusas intentan cercas a las tropas ucranianas en la ciudad de Debáltsevo
En esa ciudad, el ejercito ucraniano tienen concentrados a unos 2.500 hombres y armamento pesado, según el mando.
En tanto, en las últimas 24 horas al menos 16 civiles murieron y más de 100 resultaron heridos al ser alcanzados por bombardeos de artillería y disparos de misiles en Lugansk, una de las dos regiones controladas por los rebeldes del este de Ucrania.
Un parte difundido por los militares ucranianos acusó a tropas rusas de generar junto a los "terroristas" la peor situación "junto a Debáltsevo, donde suman 2.500 hombres con apoyo de hasta 35 tanques, 55 carros artillados, más de 50 piezas de artillería y 22 lanzaderas de misiles".
Moscú niega sin embargo la participación de efectivos propios en la zona y desafió reiteradamente a Kiev a presentar pruebas de su presencia.
Pero Rusia brinda ayuda (incluidos 12 convoyes de ayuda humanitaria) a la población de la zona que hace casi un año se rebeló contra el gobierno implantado en Ucrania tras el derrocamiento de Víctor Yanúkovich en febrero de 2014.
La ciudad de Debáltsevo, de cerca de 45.000 habitantes antes del estallido del conflicto, es un punto estratégico ya que además de ser un importante nudo ferroviario une a las ciudades de Donetsk y Lugansk, ambas controladas por los rebeldes, a través de una carretera.
Su caída en manos de las milicias les permitiría sumar fuerzas y conformar una línea de frente continua, con lo que conseguirían retrotraer la situación a la existente a mediados del año pasado.
El conflicto en el este de Ucrania comenzó en abril de 2014, con una sublevación en las regiones de Donetsk y Lugansk, fronterizas con Rusia, que según la ONU ya causó más de 5.000 muertos y cientos de miles de refugiados y desplazados.
Según el mando de los milicianos que Rusia apoya, las tropas ucranianas ya comenzaron a replegarse, con grandes bajas, de sus posiciones junto a Debáltsevo, que se ubica en la región de Donetsk.
"Los militares ucranianos se repliegan de la zona de Debáltsevo. En las últimas 24 horas han perdido 170 hombres, entre muertos y heridos", dijo hoy a la agencia rusa Interfax Eduard Basurin, portavoz del mando de las milicias de la República Popular de Donetsk.
El representante anti Maidán (o prorruso), que cifró en 1.100 los soldados ucranianos muertos en la última semana y en 61 las bajas mortales en filas propias, aseguró que las milicias ya se hicieron con el control de la localidad de Ozeriánovka, situada en las inmediaciones de Debáltsevo.
Ayer, y ante el agravamiento de la situación, el primer ministro ucraniano, Arseni Yatseniuk, declaró el alerta máxima en todo el territorio nacional y la situación de emergencia en las regiones de Donetsk y Lugansk.
A su vez, la Rada Suprema (Parlamento) de Ucrania, aprobó un documento en el que declaró "Estado agresor" a Rusia, a la que acusó de poner en peligro la seguridad y la paz internacionales al respaldar el terrorismo y bloquear la labor del Consejo de Seguridad de la ONU.
"Según nuestros datos preliminares, en Stajanov murieron 13 personas, en Krasni Luch dos y una más en Lugansk", reveló por su parte la ministro de Sanidad de la República Popular de Lugansk, Larisa Airapetián, durante una conferencia de prensa, al informar sobre el bombardeo a Lugansk.
Los ataques de las últimas 24 horas provocaron, además, según explicó la funcionaria, 114 heridos, que fueron trasladados a distintos hospitales, la mayoría de ellos en Stajánov y Lugansk.
"Sólo en el hospital regional ingresaron 71 heridos, de los cuales 14 están en cuidados intensivos", indicó Airapetián.
En forma paralela, unos 3.000 mineros ucranianos se concentraron ante la sede del Gobierno en Kiev para protestar por sus condiciones salariales y en contra del cierre de algunas minas, según informó la agencia local Ostrov.
Los mineros golpearon con sus cascos contra la valla de seguridad del edificio y exigieron hablar con el primer ministro, Arseni Yatseniuk, y el titular de Energía y de la Industria del Carbón, Vladímir Demchishin.
Los trabajadores exigen, entre otras medidas, que no se cierren minas, que se les abonen deudas salariales y que no se lleven a cabo recortes de personal.
"Nos hemos reunido hoy porque nos oponemos a la destrucción del sector del carbón, que es fundamental para la industria del país", declaró el presidente del sindicato de los mineros de Ucrania, Mijaíl Volynets.
La mayoría de las minas de Ucrania se encuentran en el este del país, en la zona conocida como Donbass, parte de la cual está actualmente bajo control de los separatistas prorrusos.