El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, propuso este viernes que el Gobierno deje de controlar los registros telefónicos de millones de ciudadanos recopilados por la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) y ordenó que los organismos de inteligencia necesiten permiso de una corte secreta para acceder a esos datos.


Según dijo Obama en un discurso en el Departamento de Justicia, ese programa de la NSA debe continuar pero tiene que ser reformado, por lo que el secretario de Justicia, Eric Holder, y las agencias de inteligencia se encargarán de proponer las modificaciones necesarias hasta finales de marzo en consultas con el Congreso.

En la intervención a la NSA, Obama prometió más garantías para los ciudadanos de países extranjeros y que no se espiará a líderes aliados, como denunciaron la canciller alemana, Ángela Merkel, y la presidente brasileña, Dilma Rousseff.


"Si quiero saber lo que piensan nuestros aliados, los llamaré por teléfono y les preguntaré, en lugar de vigilarlos", apuntó.