Al menos 45 personas murieron en Pakistán producto de disturbios desencadenados tras el asesinato de un político local.

Los incidentes comenzaron ayer tras la muerte en la ciudad portuaria de Karachi del diputado regional Raza Haider.

El legislador fue asesinado a tiros por desconocidos frente a una mezquita junto con su guardaespaldas.
 
Una docena de vehículos y negocios fueron incendiados, mientras que los colegios cerraron sus puertas y militantes cercanos al fallecido Haider armaron barricadas en esta ciudad de 16 millones de habitantes.

Karachi, ubicada en el sur del país, tiene una historia de conflictos políticos, étnicos y religiosos, además de haber sido utilizada por la red islamista Al Qaeda y la milicia talibán como escondite, según los servicios de inteligencia estadounidenses.

Haider pertenecía al Movimiento Muttahida Qaumi, que gobierna en la ciudad y representa a los descendientes de inmigrantes de India quienes se establecieron en Pakistán tras su independencia en 1947.

El jefe de policía de Karachi, Waseem Ahmad, informó de que 20 personas fueron arrestadas, incluido un líder insurgente islámico.