“La crisis nuclear en Japón no puede compararse con el accidente en la central atómica de Chernobyl en 1986”, aclaró el jefe de Oncología Radioterápica del Hospital Gregorio Marañón de Madrid.

Por Continental, Rafael Herranz explicó que “las pastillas de yodo se usa para bloquear las tiroides”.

En Magdalena Tempranísimo, explicitó que “el ser humano puede adaptarse a la presencia de radioactividad en el ambiente”, aunque añadió que “una dosis excesiva provoca graves efectos”.

“El origen de Chernobyl fue una falla humana, y en esta oportunidad fue impredecible. Ha habido una obediencia especial, ligada al carácter japonés”, atribuyó.

Sobre el nivel de gravedad de la situación, consideró que “han saltado de nivel 5 a nivel 6 (Chernobyl fue de nivel 7, el máximo posible), creo que por meras sospechas”.

E historió que, “si no hubiera sido por su autonomía energética, Japón no hubiera podido progresar” en el último medio siglo, debido a la pobreza y pequeñez de sus recursos naturales.