Rusia utiliza bombas prohibidas y crea fosas comunes para los civiles ucranianos
El ejército ruso está utilizando bombas de racimo, ampliamente prohibidas en todo el mundo y enterrando a civiles en fosas comunes ocultando crímenes de guerra.
Según investigaciones de "The Guardian" el ejército ruso está utilizando bombas de racimo, las cuales están ampliamente prohibidas en todo el mundo, en las cuales han matado cientos de civiles en la región de Kiev.
Las bombas de racimo están diseñadas para lanzar docenas de bombas más pequeñas, llamadas submuniciones, sobre un área amplia, pero las municiones más pequeñas no siempre explotan, lo que representa un riesgo futuro para los civiles. Las bombas fueron prohibidas por el derecho internacional en el tratado llamado Convención sobre Municiones en Racimo en el 2008, que ha sido firmado por más de 100 países, aunque no por Rusia o Ucrania.
“Rusia está aplicando medios y métodos de guerra prohibidos, en particular, está utilizando munición prohibida, bombas de racimo y munición de artillería de racimo”, expresó Oleh Tkalenko, fiscal jefe adjunto de la región de Kiev.
Sin embargo, según el New York Times, las tropas ucranianas también utilizaron un cohete de municiones en racimo a principios de marzo en Husarivka, un pueblo en el este del país que estaban tratando de recuperar.
A todo esto, se le agregan las declaraciones del alcalde de Mariupol, Vadym Boichenko, el cual comentó que Rusia ha estado ocultando pruebas de sus crímenes de guerra "bárbaros" en Mariupol al enterrar los cuerpos de los civiles asesinados por los bombardeos en una nueva fosa común.
El alcalde relató que camiones rusos recogían cadáveres de las calles de la ciudad portuaria y los transportaban a la aldea cercana de Manhush. Luego eran arrojados en secreto a una fosa común en un campo al lado del antiguo cementerio del asentamiento.
“Los invasores están ocultando pruebas de sus crímenes. El cementerio se encuentra cerca de una gasolinera al lado izquierdo de una carretera circular. Los rusos han cavado enormes trincheras, de 30 metros de ancho. Tiran a la gente”, resaltó Boichenko.