Una nueva ronda de ataques aéreos israelíes en Yemen tuvo como objetivo la capital controlada por los rebeldes hutíes de Saná y varios puertos. El director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, dijo que el bombardeo ocurrió cerca mientras se preparaba para abordar un vuelo en Saná, y que un miembro de la tripulación herido. 

"La torre de control de tráfico aéreo, la sala de salida —a sólo unos metros de donde estábamos— y la pista sufrieron daños", informó Ghebreyesus. Añadió que él y sus colegas de la ONU estaban a salvo y que tendrían que esperar a que se reparen los daños en el aeropuerto. Los ataques siguieron a varios días de lanzamientos hutíes que activaron sirenas en Israel. 

El ejército israelí afirmó que atacó infraestructura utilizada por los hutíes en el aeropuerto internacional de Saná y varios puertos, alegando que se utilizaban para contrabandear armas iraníes. Los ataques ocurrieron un día después de que el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, dijera que "los hutíes, también, aprenderán lo que Hamas, Hezbollah, el régimen de Assad y otros aprendieron". 

El ejército de Israel no respondió de inmediato a preguntas sobre la publicación de Tedros, pero declaró que tenía "capacidades para golpear muy lejos del territorio de Israel —precisamente, poderosamente y repetidamente".