Una investigación impositiva en Luxemburgo pone en aprietos al presidente de la comisión europea
El escándalo, bautizado ya como "LuxLeaks", pone al conservador Jean Claude Juncker en el centro de las críticas y amenaza con desplomar su imagen y autoridad.
Una investigación sobre evasión fiscal por parte de centenares de empresas multinacionales que firmaron acuerdos secretos con Luxemburgo para reducir drásticamente sus facturas fiscales globales, pone en aprietos al presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker, apenas seis días después de asumir el cargo.
El escándalo, bautizado ya como "LuxLeaks", pone al conservador luxemburgués en el centro de las críticas y amenaza con desplomar su imagen y autoridad, tras hacerse público que los contratos secretos fueron firmados mientras Juncker era Ministro de Economía del Gran Ducado, del que además fue primer ministro durante 18 años.
Según revela una investigación del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (CIPI), citado por la agencia EFE, bajo la batuta de Juncker el Gobierno luxemburgués ofreció un sistema fiscal secreto "a la carta" a 340 multinacionales (entre ellas Pepsi, Fiat y Apple) que -atraídas por las bajísimas tasas que ofrecía el Gran Ducado- dejaron de pagar miles de millones de impuestos en otros países europeos.
La Comisión Europea abrió una investigación sobre si los acuerdos alcanzados violan su normativa tributaria.
El Gobierno luxemburgués se ha negado a entregar los documentos donde constan los términos y condiciones de estos contratos secretos llamados "tax rulings".
Mientras los efectos del escándalo crecen, la Eurocámara evalúa pedir la próxima semana a Juncker que comparezca personalmente o a través de otro miembro del Ejecutivo ante el pleno para dar explicaciones sobre el sonado caso "LuxLeaks".
Está previsto que al principio de la sesión plenaria del próximo miércoles en Bruselas tomen la palabra los grupos políticos que lo deseen para reclamar una modificación de la agenda e incluir dicho debate si existe quórum de la mayoría del hemiciclo.
El portavoz jefe de Juncker, Margaritis Schinas, dijo hoy que la CE comparecerá ante los eurodiputados para clarificar el asunto si así lo piden una mayoría de los miembros de la Eurocámara.
Los liberales (ALDE), la Izquierda Unitaria (GUE/NGL) y los Verdes europeos ya señalaron que reclamarán la comparecencia de la Comisión Europea.
El eurodiputado de "Podemos" Pablo Iglesias dijo hoy mediante un comunicado que el grupo evalúa presentar una moción de censura contra Juncker por considerar que el ex primer ministro "no debería seguir ni un minuto más al frente de la Comisión Europea".
La opción de Podemos, sin embargo, cuenta con escasas posibilidades de salir adelante pues se necesita el apoyo de los grupos mayoritarios y debe ser aprobada por mayoría de dos tercios de los votos emitidos que representen, a su vez, la mayoría de los eurodiputados que integran el Parlamento, según indica el reglamento de la Eurocámara.
En la rueda de prensa diaria de la CE, el Ejecutivo comunitario reiteró que el trasfondo del caso "LuxLeaks" ya viene siendo investigado desde hace tiempo en la CE y que afecta no solo a Luxemburgo sino también a otros países como Irlanda, Holanda y Reino Unido.
El problema de fondo reside en una batalla fiscal emprendida por varios países europeos en los últimos años con el objetivo de atraer la inversión de las multinacionales.
Además de ofrecer bajos impuestos a las sociedades -el caso irlandés, con el 12,5% sobre las ganancias, ha sido muy cuestionado- algunos Gobiernos han implementado acuerdos que permiten a las empresas hacer una interpretación abusiva de las ventajas fiscales para acabar reduciendo prácticamente a cero su tributación.
Los países logran mantener estos dudosos esquemas recurriendo al miedo económico: si se eliminan, el capital huirá a otros países que los mantengan.