Varias compañias suspenden sus vuelos en Venezuela
Las aerolíneas extranjeras frenaron la venta de pasajes y cancelaron parte de sus viajes; reclaman al gobierno el pago de una deuda de 3000 millones de dólares.
Venezuela sufre un bloqueo en las alturas. A la suspensión de operaciones por parte de Air Canadá y de la ecuatoriana Tame, se sumó en las últimas horas una larga lista de compañías que decidieron dejar de emitir pasajes: Copa, Iberia, American Airlines y United
Es una especie de colapso aéreo, muy distinto a los habituales en los aeropuertos del mundo, que airea una situación aun más crítica que la vivida en los últimos meses, cuando era casi imposible adquirir un ticket y, si por fortuna se encontraba, su precio era disparatadamente caro.
La diferencia es que ahora los pasajes ni siquiera están en venta. La noticia se conoció a través de órdenes internas a agencias u operadores turísticos, del bloqueo de sus páginas web e, incluso, de la decisión pública de gran parte de las aerolíneas de frenar la venta de asientos en bolívares, en coincidencia con el "ajuste cambiario" (devaluación) emprendido por el gabinete del presidente Nicolás Maduro.
Las aerolíneas buscan presionar así al gobierno por una deuda de más de 3000 millones de dólares, que crece y crece sin freno. Y que tanto las afecta que incluso una compañía caribeña y otra nacional, Venezolana de Aviación, suspendieron todas sus operaciones en las últimas semanas.
El control de cambio impuesto por Hugo Chávez hace una década obligó al Estado a transformar en dólares los bolívares que las compañías obtienen de los pasajes. Pero este flujo de dinero se frenó en seco a mitad del año pasado, coincidiendo con el auge de los turistas cambiarios. El enorme diferencial cambiario (el dólar oficial se cotizaba a 6,30 bolívares y el billete negro por encima de 70) convirtió en un lucrativo negocio los viajes al extranjero para luego cambiar las divisas en el mercado paralelo.
Varias de las medidas anunciadas en las últimas horas buscan dificultar estas acciones. Entre ellas, la nueva tasa que se aplicará a los viajes en avión (11,36 bolívares por dólar al principio, que se cree puede ir aumentando paulatinamente cada semana) y la obligación para los extranjeros de hacer sus compras en dólares para evitar la triangulación (personas que volaban a Venezuela, cambiaban en el mercado negro y pagaban sus reservas en bolívares).
Lo trabado del asunto forzó una reunión anteayer entre el gobierno y las aerolíneas, presidida por el poderoso ministro de Transporte, Hebert García Plaza. "El presidente Maduro está interesado en resolver los problemas que se presentan con las compañías aéreas", resumió el mayor general, antes de anunciar que el gobierno decidió emprender una nueva cruzada cívico-militar pasado mañana.
Los equipos de fiscales, que ya recorrieron tiendas de electrodomésticos y grandes almacenes durante las polémicas superrebajas socialistas de noviembre y diciembre, emprenderán en 48 horas un nuevo operativo para chequear la facturación y la estructura de costos de las empresas aéreas.
La acción de fuerza correrá en paralelo a unas negociaciones en las que todos declaran estar contentos, pese a los pocos avances. Varios participantes filtraron a la prensa local que el gobierno les ofreció renegociar la deuda millonaria con combustible, bonos del Estado y una parte en dólares, un plan que no satisface a todos por igual. Además se compromete a pagar, de forma puntual, la deuda que se acumule del ejercicio de 2014.
Mientras unos y otros se ponen de acuerdo y se ajustan a los nuevos precios, el gran perjudicado será, una vez más, el venezolano, quien durante meses vio cómo le impedían comprar en su tierra lo que en otros países se vendía en dólares o en euros.
Las colas proliferaron ayer ante las sedes de varias aerolíneas, pero se cree que hasta pasado mañana no se atenderá a los viajeros. Fuentes del sector consideran que los pasajes subirán en torno al 50% con la devaluación ordenada por Maduro