Mahmud Ahmadineyad, fue protagonista de un confuso episodio que en un primer momento fue catalogado como "frustrado atentado", pero que horas después el mismo gobierno se encargó de desmentir o, al menos, minimizar.

La primera información sobre el episodio, difundida por emisoras de radio libanesas que citaron fuentes de la Presidencia iraní en Teherán, indicaba que el presidente de Irán salió ileso de un atentado luego de que un atacante lanzara una granada de mano contra el convoy en el que viajaba.

El hecho tuvo lugar en la ciudad de Hamadan, a unos 350 kilómetros al oeste de la capital, adonde el mandatario se dirigió para presidir un acto.

Posteriormente y confirmando el hecho, la agencia de noticias iraní Fars informó que "un contrarrevolucionario fue arrestado tras lanzar una granada contra el convoy presidencial, que no dejó heridos".

Sin embargo, la oficina de prensa presidencial emitió poco después un comunicado y la cadena iraní de noticias en lengua árabe Al Alam informó que "sólo se trató" de un petardo lanzado para "dar la bienvenida al presidente" en Hamedan, pese a lo cual el autor fue arrestado por las fuerzas de seguridad.

La propia cadena dubaití Al Arabiya, que había informado del atentado, informó en su edición digital en árabe que las autoridades desmintieron el supuesto ataque.

Si algo agrega confusión a la variada información es que las fotos tomadas en el momento del hecho muestran a la custodia de Ahmadineyad lanzándose sobre el vehículo presidencial para tratar de cubrirlo luego de que se escuchara la detonación.

Ahmadineyad, no obstante, continuó su visita prevista a la ciudad y apareció en televisión después del incidente pronunciando el discurso que tenía previsto, sin ninguna herida aparente y sin hacer mención al ataque.