La había pasado mal Angelito. Muy puteado después que en el Mundial 2014 una lesión lo dejó afuera de todo desde los cuartos. Muy sufrido. De un talento maravilloso, de una gambeta total, indescifrable, casi disparatada.

Pero esta vez se cargó la final al hombro. Los encaró a todos, recibió todo, debordó todo. Generó el primer gol, con el penal que le cometieron después de enganchar y entrar al área. Y convirtió el segundo, entrando a toda velocidad para empujar a la red.