Carrascosa reclamará en persona que le otorguen la prisión domiciliaria
El viudo Carlos Carrascosa, condenado a prisión perpetua por el crimen de su esposa, María Marta García Belsunce, será llevado el martes próximo a los tribunales de San Isidro para reclamar personalmente que le otorguen el beneficio.
El defensor del imputado, Fernando Díaz Cantón, consiguió que los miembros de la sala I de la Cámara de Apelaciones realicen a las 12 una audiencia en la que está prevista que el viudo exprese sus problemas de salud.
Los jueces Oscar Quintana, Ernesto García Maañón y Duilio Cámpora escucharán de boca del viudo las "malas condiciones" en que se encuentra y que la única posibilidad de recuperarse es si le permiten ir a vivir a la casa de un amigo, dijeron allegados a Carrascosa.
A través de una carta enviada ayer Télam, Carrascosa expresó: "Desde hace casi cuatro años estoy preso por un delito que no cometí y estoy sufriendo en mi cuerpo y en mi mente las terribles consecuencias de que se me considere el asesino de mi esposa María Marta, cuando los verdaderos asesinos se ríen de mí, de la justicia y de la gente".
"Van ya diez años y el que está pagando las consecuencias de lo que hicieron otros, como un verdadero chivo expiatorio de la inoperancia del sistema, soy yo", remarcó desde el penal de Campana donde está detenido.
Agregó: "Mientras tanto, a mis 68 años, me voy consumiendo y muriendo paulatinamente en este agujero sin que nadie haga nada por mí. Esa angustia me ha provocado una depresión feroz y un deterioro irreversible del sistema vascular que, sumado a una presión mal controlada, si hubiera una mínima descompensación, podría provocarme rápidamente la muerte, como coinciden todos los médicos".
"También todos coinciden en que el único modo en que podría salvar mi vida es con una atención adecuada de mis enfermedades y de las emergencias, que sólo podría darse con una prisión domiciliaria, por las obvias condiciones que impone el encierro en una cárcel", sostuvo.
El viudo dijo que no entiende por qué no le dan la prisión domiciliaria, "siendo que a otras personas mucho más jóvenes" que él y que gozan de buena salud "no dudaron en darles la libertad a pesar de las graves condenas que les fueron impuestas".
"Lamentablemente, el paso del tiempo y la inacción total de la justicia en lo que a mi situación se refiere y la falta de investigación de los verdaderos criminales va destruyendo mi capacidad de resistencia", concluyó.
"Van ya diez años y el que está pagando las consecuencias de lo que hicieron otros, como un verdadero chivo expiatorio de la inoperancia del sistema, soy yo"
María Marta García Belsunce (50) fue hallada muerta el 27 de octubre de 2002 en su casa del country Carmel, de Pilar, con medio cuerpo semisumergido en la bañera, y su marido siempre sostuvo que creyó que se trató de un accidente porque era "muy torpe".
Sin embargo, una autopsia practicada un mes después comprobó que la mujer tenía seis balazos en la cabeza y el viudo se convirtió en el principal sospechoso.
En 2007, el Tribunal Oral en lo Criminal 6 de San Isidro lo condenó a seis años de cárcel por el "encubrimiento" del crimen, pero lo absolvió del homicidio, en tanto dos años después, el Tribunal de Casación Penal lo sentenció a prisión perpetua.
El fallo fue apelado ante la Suprema Corte de Justicia bonaerense, que rechazó el recurso por cuestiones técnicas, y desde septiembre está siendo revisado por el máximo tribunal de la Nación.
Díaz Cantón, sostuvo en la presentación que María Marta fue asesinada por ladrones a los que sorprendió robando en su casa y alertó que el 28 de octubre de 2014 la causa prescribirá.
En la escena del crimen se recolectaron tres A.D.N. que aún no se sabe de quiénes son, uno de ellos mezclado con la sangre de María Marta.
En 2011, se realizó el segundo juicio por el caso, en el que el Tribunal Oral en lo Criminal 1 de San Isidro condenó a tres familiares, un médico y un vecino de María Marta por el encubrimiento del crimen.
Se trató del cuñado, Guillermo Bártoli (49); del hermano, Horacio García Belsunce (h) (62); el hermanastro, John Hurtig (46); el médico Juan Ramón Gauvry Gordon (43) y el vecino Sergio Binello (58), quienes quedaron presos al conocerse el veredicto pero dos semanas después recuperaron la libertad bajo fianza.