Mangeri procesado
Es por femicidio y abuso sexual. La Justicia determinó que el portero sometió a "una golpiza destinada a vencer la resistencia" de Ángeles con la intención de abusar de la menor
El portero Jorge Mangeri quedó formalmente imputado por "haber abusado sexualmente de la menor Ángeles Rawson con el propósito de accederla carnalmente" y luego la sometió a "una golpiza destinada a vencer su resistencia" a ser violada, según indicaron fuentes judiciales.
El hombre actuó sobre Ángeles "por su condición de mujer, aprovechándose asimismo de la edad de la niña -16 años- y de la superioridad física, mediando violencia de género", según quedó reflejado en la imputación que le leyó el juez Javier Ríos el miércoles, cuando le amplió la declaración indagatoria.
Según la descripción, a la que tuvo acceso DyN, Mangeri "con una mano le comprimió el cuello -dejando improntas equimóticas en la zona- y con la otra la sofocó, obstruyendo los orificios nasales y la boca, manteniendo este mecanismo de asfixia mixta hasta que la niña perdió la vida".
En ese contexto, la reformulación de la imputación, que se orienta al delito de homicidio agravado por femicidio agravado y por criminis causa, explica que Angeles "a fin de evitar ser accedida carnalmente se protegió su zona genital con ambas manos". Para este tipo de delitos se prevé prisión perpetua, según informó el fiscal de la causa Ricardo Saenz.
"El compareciente [Mangeri], en su intento de penetrarla trató violentamente de quitarlas de allí, lo que le provocó a la damnificada lesiones en el dorso de ambas manos", describe la documentación.
Entre los elementos de cargo contra Mangeri, el juez confirmó lo que había adelantado esta agencia: hay ADN del portero "en los dedos índice, anular y mayor" de Angeles, pero también en la soga con la que fueron atados sus tobillos.
En esa soga -añadió Ríos- "quedaron rastros genéticos del compareciente y se halló, además, un cabello de características morfológicas similares al suyo".
El portero del edificio de Ravignani 2360 de la Ciudad de Buenos Aires, donde vivía la chica, es el único detenido e imputado por el crimen cometido el 10 de junio último en Palermo, que tuvo como víctima a la adolescente de 16 años.