Marcelo Tomaselli, acusado de violar y matar a puñaladas a su mujer después de recibir el "perdón" de la víctima, fue condenado hoy a prisión perpetua por el tribunal que lo juzgó en la ciudad pampeana de General Pico, 140 kilómetros al norte de Santa Rosa.

Luego de la sentencia, un familiar de Carla Figueroa, la joven de 19 años asesinada el 10 de diciembre de 2011, agredió al imputado, Marcelo Tomaselli, de 26.

Al iniciarse el juicio, el acusado se declaró culpable ante el tribunal y pidió que lo condenen, aunque dijo no recordar lo ocurrido. "Me declaro culpable, aunque no recuerdo lo que hice. Que me condenen por lo que hice y por las evidencias que tuve en mis propias manos", expresó.

"Ese día ella (Figueroa) estaba rara, quería hablar conmigo y no sabía por dónde empezar. Me pidió perdón por engañarme, me dijo que el bebé no era mío y me pedía disculpas por haberme acusado de algo que no hice", relató el acusado ante los jueces, al referirse a la violación por la que fue detenido y por la cual su esposa luego lo perdonó para que pudiera salir de prisión.

"La maté en la pieza, aunque no recuerdo nada ni tampoco del cuchillo", agregó al referirse al arma homicida con la que le efectuó a su mujer 11 puñaladas.


El crimen de Figueroa fue cometido el 10 de diciembre de 2011 en la casa de la madre de Tomaselli y frente al hijo de 3 años de la pareja. No obstante, el caso se había iniciado meses antes, en abril del 2011, cuando Tomaselli pasó a buscar a su pareja por su trabajo en un quiosco de la ciudad de General Pico, con la excusa de conversar e intentar recuperar la relación entre ambos, que había finalizado.

Según la pesquisa, el hombre la llevó hasta un descampado y la violó, tras lo cual ella lo denunció y él fue detenido.

Mientras estuvo preso, Figueroa lo visitó a diario en la prisión, le llevó ropa limpia y alimentos, hasta que el abogado de Tomaselli le comunicó a las autoridades judiciales que la pareja tenía pensado casarse, lo que ocurrió el 2 de diciembre, cuando Tomaselli aún estaba preso.

Luego del casamiento, el defensor de Tomaselli pidió su libertad en base a la figura penal del "avenimiento", ya que argumentó que su esposa lo había perdonado y quería volver a vivir con él. Los jueces Carlos Flores y Adolfo Jensen -con el disenso del magistrado Pablo Balaguer- hicieron lugar al planteo y Tomaselli quedó en libertad el 4 de diciembre del 2011.

Siete días después, Figueroa fue asesinada de 11 puñaladas en la casa de su suegra, ubicada en la calle 36 al 1200 del barrio Indios Ranqueles, de General Pico. Este femicidio generó gran conmoción social debido al estado de desprotección en el que se hallaba la víctima y por la polémica figura penal del "avenimiento" empleada para lograr la libertad del agresor, que fue derogada por el Congreso nacional a raíz del hecho.