El “arrepentido” Mario Pontaquarto ratificó que el entonces presidente Fernando de la Rúa ordenó el pago de sobornos para garantizar que el justicialismo sancione la resistida ley de Reforma Laboral, en una reunión que tuvo lugar en la Casa Rosada en 2000.

“Cuando llegué con (el entonces senador radical) José Genoud, de la Rúa ya estaba con los senadores peronistas Augusto Alasino y Alberto Tell. Genoud le dijo que necesitaban otras cosas para aprobar la ley. Y el presidente dijo: ‘eso arréglenlo (con el jefe de la SIDE) De Santibáñez”, aseguró Pontaquarto.

Sentado a escaso metro y medio del es jefe de Estado radical, al que no miró pero del que habló en todo momento, Pontaquarto expuso este martes durante dos horas ininterrumpidas y con lujo de detalles ante el Tribunal Oral Federal 3 que juzga por “cohecho” activo y pasivo al ex presidente y otros siete acusados, entre ellos él mismo.

“Me extraña que De la Rúa asegure que la ley se aprobaba con votos propios. El radicalismo estaba en minoría en el Senado y la ley precisaba además de una mayoría especial de dos tercios, porque no tenía dictamen de comisión”, explicó en un momento en referencia a un escrito difundido días atrás.

“El dinero que retiré de la SIDE el 18 de abril lo conté recién en mi casa y me acuerdo que los ladrillos sellados de 100 y 500 mil pesos ocupaban toda la cama tamaño King”, evocó el ex secretario parlamentario de la Cámara Alta.

Pontaquarto aseguró que hasta pocas horas antes de pagar las coimas, el 26 de abril, día en que se aprobó la norma que había sido exigida por el Fondo Monetario Internacional, “no sabía a quién debía hacerlo”.

“Antes de terminar la sesión, el senador justicialista Remo Constanzo me dijo que se lo diera a (Emilio) Cantarero, en su casa de Callao y Posadas”, dijo al relatar que a éste le había entregado una valija conteniendo 4,3 millones de pesos.

“Los otros 700 mil los separé como me indicó Genoud para que, según me dijo, lo repartiría con el ministro de Trabajo, Alberto Flamarique, que también había pasado por la reunión de la Casa de Gobierno.

A excepción del ex jefe de la SIDE, ausente en la audiencia de este martes, todos los demás acusados –Genoud falleció y Cantarero está exceptuado por Alzheimer- escucharon el relato de Pontaquarto.

“Haber participado en este delito fue el peor error de mi vida”, dijo el arrepentido, tras agregar que la decisión de autoincriminarse, en el año 2003, “fue fruto de un proceso interno”, aunque sabía que por ello podía caberle una pena judicial.

“Mi hijo Leandro tenía 14 años y prefería decirle que yo había participado en esto”, dijo emocionado al recordar que “me echaron del trabajo, pasé a ser un corrupto en todos lados y todo para nada”.