Rescatan a más de 40 extranjeros reducidos a servidumbre
En quince allanamientos, se clausuraron talleres textiles y se detuvo a varias personas por traer a ciudadanos peruanos y bolivianos al país con falsas promesas laborales, quitarles los documentos y obligarlos a trabajar y vivir en condiciones infrahumanas.
Más de 40 personas de nacionalidades boliviana y peruana, que eran víctimas del delito de trata al ser obligadas a trabajar en condiciones infrahumanas, fueron rescatadas en las últimas horas durante 15 allanamientos realizados por la Policía Federal y Prefectura Naval en Capital Federal y el Gran Buenos Aires.
El Ministerio de Seguridad informó que durante los procedimientos hubo cinco detenidos acusados del delito de trata de personas y explotación laboral.
La Prefectura junto a la Dirección Nacional de Migraciones detuvo a tres personas en 12 allanamientos y clausuró dos talleres textiles que funcionaban en el barrio porteño de Flores, donde fueron liberadas 24 personas de nacionalidad boliviana que trabajaban en condiciones infrahumanas.
Los operativos "se enmarcan dentro de los protocolos establecidos por el Ministerio de Seguridad de la Nación para el combate contra este tipo de delitos".
Por su parte, la Policía Federal Argentina rescató a 17 personas y detuvo a una pareja de peruanos que eran los cabecillas de la organización de trata de personas luego de tres allanamientos.
Las personas eran traídas a Buenos Aires desde Perú con falsas promesas laborales. Se les retenían sus documentos y los obligaban a extensas jornadas de más de 16 horas diarias vendiendo productos de telefonía celular y flores en la vía pública.
Los investigadores comprobaron que a los peruanos explotados, según el volumen de venta se les proporcionaba una ración alimentaria. En caso de que no pudieran cumplir ese horario, se los obligada a 2 horas suplementarias de venta como castigo, lo que hacía que en muchos casos, continuaran vendiendo sin descanso ni alimentación.
Además, pernoctaban en una vivienda en condiciones infrahumanas, encerrados bajo llave y al cuidado de una mujer cómplice de la banda.
La investigación detectó la casa en la que eran encerradas las víctimas una vez culminada la jornada laboral en la localidad bonaerense de Morón. A partir de este descubrimiento, el juez federal de Morón Juan Pablo Salas ordenó el allanamiento de la vivienda y de un local comercial donde también se vendían los accesorios telefónicos.
Las Policía logró incautar "una elevada suma de dinero producto de las ventas y una camioneta de alta gama", detalló el comunicado de prensa.