Videla: “los enemigos de ayer hoy gobiernan el país y pretenden erigirse en paladines de los DD.HH.”
El dictador podría ser sentenciado este martes a prisión perpetua por delitos de lesa humanidad. El represor apuntó al gobierno nacional y denunció que “intentan la instauración de un régimen marxista” al tiempo que asumirá “bajo protesta, la injusta condena que se me pueda imponer, para la concordia de nuestro país, como un servicio más”. Para Videla, en el país hubo “una guerra interna” en la década del ’70 que “todavía no terminó”.
El dictador Jorge Rafael Videla apuntó directo al gobierno e insistió en que en el país hubo “una guerra interna” en la década del ’70 al tiempo que se preguntó si esa guerra contra el terrorismo había realmente terminado.
En el juicio que se le sigue en Córdoba por el fusilamiento de 29 presos políticos, donde podría ser condenado a prisión perpetua, ex presidente de facto dijo que los enemigos de ayer, “gobiernan hoy el país y pretenden erigirse en paladines de los Derechos Humanos”.
“Los enemigos de ayer están en el poder y desde él intentan establecer un régimen marxista, a la manera de Gramsci, que puede estar satisfecho de sus alumnos. La Constitución Nacional guarda luto por la República desaparecida”, dijo Videla ante el Tribunal.
Tras reiterar que los magistrados que lo juzgan no son sus "jueces naturales", Videla aseguró que "con este enjuiciamiento se pretende que a través de la sentencia que vayan a dictar homologuen una decisión política por sentido de revancha adoptada por quienes fueron ayer derrotados. Asumiré, bajo protesta, la injusta condena que se me pueda imponer, para la concordia de nuestro país, como un servicio más", enfatizó el presidente de facto entre 1976 y 1981.
El represor reveló además que en febrero de 1976 (el líder radical, Ricardo) Balbín le pidió que "cuanto antes" las fuerzas armadas llevaran adelante el Golpe de Estado y "eviten así una larga agonía a la República", declaraciones que el presidente de la UCR, Ernesto Sanz, calificó de ‘perversas’.
“La Argentina afrontó una guerra interna revolucionaria de profunda raíz ideológica”, dijo Videla y añadió: “fue una guerra iniciada por organizaciones terroristas contra las instituciones de la República. Me niego a hablar de guerra sucia. Prefiero hablar de guerra justa o injusta”.
En ese sentido, sostuvo que durante el gobierno de Isabel Perón, el Estado había perdido “el monopolio de la fuerza”.
Videla reconoció que “se llegó a situaciones límites. Los horrores de la guerra son difíciles de justificar, pero merecen ser comprendidos en el marco de un conflicto bélico interno”.