"El papa Francisco simplificó la ceremonia de entronización"
Lo señaló el obispo Marcelo Sánchez Sorondo, canciller de la Pontificia Academia de las Ciencias Sociales del Vaticano. Se espera un millón de personas en la Plaza San Pedro. En Buenos Aires, frente a la Catedral Metropolitana, se colocará una pantalla gigante y se hará una vigilia desde las 22.30 de hoy.
En los pocos días que lleva su pontificado, el papa argentino Francisco no deja de sorprender al mundo con sus pequeños gestos, alejados de las formalidades y el protocolo, con los que ya se ganó el corazón de muchos fieles distanciados de las prácticas del catolicismo y que la prensa italiana refleja comparándolo con el recordado Juan XXIII, conocido como "el papa bueno" y que revolucionó al catolicismo con el Concilio Vaticano II, cuya obra desmontaron en su mayor parte los dos últimos sumos pontífices.
Una agenda vieja y unos zapatos gastados eran las recomendaciones especiales que había trasmitido a sus colaboradores en Buenos Aires para que le trajeran sin falta al Vaticano. Pagar con dinero de su bolsillo sus propias cuentas, no usar los automóviles oficiales, romper las reglas del protocolo y acercarse a la gente para saludar e impartir su bendición, e improvisar sus mensajes -para desgracia de la prensa vaticana, acostumbrada a los estrictos embargos de los discursos pontificios- son otras de las cuestiones que desconciertan a todos en la Santa Sede.
También en cuestiones de vestimenta el papa viene rechazando toda ampulosidad y prefiere los ornamentos más sencillos, como una casulla -que es la vestidura exterior que usa el sacerdote cuando celebra misa- de Juan Pablo II que utilizó ayer, lo que va definiendo lo que aquí ya llaman el "estilo Bergoglio".
El papa argentino, amante del tango e hincha de San Lorenzo, prefiere los besos, abrazos, palmadas y apretones de manos para saludar a los cardenales, sacerdotes y el resto de los fieles, y conserva en su cuarto de la residencia Santa Marta el mate que le regalo una periodista argentina .
También decidió desprenderse de su anillo cardenalicio, que será donado al museo de la Catedral de Buenos Aires. La prensa italiana también destaca y se muestra sorprendida por el diálogo coloquial y distendido que viene generando con sus intervenciones improvisadas, como el Angelus de ayer o el encuentro con la prensa.
Habrá que esperar a mañana, ante un millón de personas que llenarán la Plaza San Pedro y líderes de 130 naciones del planeta, en el marco de la solemne ceremonia de inicio de su pontificado, para observar con qué nuevos gestos de simpleza sorprenderá al mundo.
Mientras tanto, la Plaza de Mayo se prepara para la vigilia que comienza este lunes desde las 22.30 y hasta las 5.30 de mañana martes, cuando se inicie el acto que proclamará al ex cardenal Jorge Bergoglio como el obispo de Roma número 266 de la historia.
Por Continental, el obispo Marcelo Sánchez Sorondo, canciller de la Pontificia Academia de las Ciencias Sociales del Vaticano, anticipó detalles de la celebración en la Ciudad del Vaticano. "La ceremonia de asunción es una misa durante la cual los cardenales le van dando al papa los distintos símbolos pontificios, como el anillo pastoral y la estola, pero él la ha simplificado un poco, la va a hacer al estilo de Pablo VI, que ya la había simplificado. Va a ser en la Plaza, por eso digo, espero que no llueva (hoy está lloviendo bastante", consignó en Magdalena Tempranísimo.