El papa Benedicto XVI decidió renunciar al papado y, al parecer, fue una decisión que tuvo tiempo de maduración, tras herirse en la cabeza hace un año durante un viaje a México, reveló este jueves el diario italiano La Stampa.

Según el diario, al inicio de su viaje a México y Cuba en marzo del año pasado, durante la última jornada que pasó en la ciudad de León, el 25 de marzo, el Papa apareció por la mañana con unas manchas de sangre en la cabeza.

"Se levantó en medio de la noche y desorientado por el sueño y por estar en un ambiente desconocido, no encontró el interruptor de la luz y caminó en la oscuridad. El Papa contó que no se había caído sino que se había dado un cabezazo contra el lavamanos del baño unas horas antes", sostiene un prelado colaborador del sumo pontífice.

El episodio no tuvo mayores consecuencias y la prensa no fue informada en su momento. Nadie se dio cuenta de la herida, que quedaba cubierta por la mitra. Tampoco usó vendajes visibles.

"No se quejó nunca y no tuvo problemas ni dolores al colocarse la mitra. La jornada transcurrió tranquilamente y por la noche le dieron medicación tras regresar a la residencia de las religiosas capuchinas", contó Federico Lombardi, el vocero del Vaticano.

El diario asegura que el accidente adquirió relevancia ahora, después de que el diario del Vaticano, L'Osservatore Romano, reveló que el Papa había tomado la decisión de renunciar después del viaje a México y Cuba al considerar esas giras muy agotadoras para su edad.

"¿Ve, Santo Padre, por qué estoy en contra de estos viajes?", le comentó entonces su médico personal, Patrizio Polisca. A lo que Benedicto XVI respondió divertido: "También yo estoy en contra", cuenta el diario.