¿Ves siempre el mismo número?
No te preocupes: cada vez que miro el reloj se repite el mismo número al derecho o al revés, 21:12 y 12:21.
Desde hace unos años me pasa lo mismo. Cada vez que miro el reloj son las 21:12 o las 12:21. El número capicúa, al derecho o al revés, me persigue, inclusive cuando alzo la vista para ver la altura de una calle o cuando pispeo un precio en una tienda (en dólares o en euros, aclaro). No soy apostador, así que paso de jugarle al 21 (la mujer) o al 12 (el soldado), según la tradición de la quiniela argentina. Cada vez que lo intenté, siempre con ayuda, terminó saliendo una letra en lugar de un número.
Les pasa a muchos con otro número espejo: el 11:11. ¿Por qué se topan siempre con el mismo número? El síntoma se lama apofenia. ¿Es grave? Para nada. Tiene nombre de enfermedad, pero se trata de un fenómeno o, acaso, de una casualidad.
El apocalipsis tenía fecha a plazo fijo: el 21 de diciembre de 2012, último día del decimotercer baktún (ciclo de 144.000 días en la cuenta larga del calendario maya). Hubo un error de cálculo del pastor evangélico Paul Begley, profesor de la Universidad Cristiana de Indiana, más allá de que ese día coincidiera con el solsticio de invierno en el hemisferio norte. Temí que también fuera mi último día. Aquí estoy, vivito y coleando, ocho años, 11 meses, y 19 días al 12 de diciembre de 2021 o nueve años exactos al 21 del mismo mes del mismo año.
La numerología ayuda. Un poco, no más.
El uno significa creatividad, independencia, originalidad, sentido del yo, autosuficiencia y liderazgo.
El dos aporta empatía, cooperación, adaptabilidad, consideración hacia los demás y diplomacia.
Y el seis, suma del 2112 o del 1221, indica responsabilidad, comprensión y honestidad.
¡Bingo! No puedo quejarme, pero, en realidad, tendemos a ver patrones donde no existen.
Eso es la apofenia, palabra que deriva del griego ἀπό, apó, «separar, alejar», y φαίνειν, phaínein, «aparecer, manifestarse como fenómeno, fantasía”.
Nada preocupante. Algo por lo que estamos predispuestos a revisar el móvil o ver la hora cuando intuimos que van a dar, en mi caso, las 21:12 o las 12:21.
La coincidencia, dicen, provoca una secreción anormal de dopamina en personas sensibles a esta rareza.
¿Creemos que se trata de un mensaje de los ángeles de la guarda o algo por el estilo?
En ese caso, “no dejes que las cosas viejas te detengan o te impidan hacer cosas nuevas”, me aconsejan si insiste en aparecer el 2112.
Si es el 1221, “aunque estás atravesando un período sumamente difícil, los ángeles estarán a tu lado dándote la fuerza para seguir adelante y ser positivo en todas las situaciones que enfrentarás”.
Si el uno conlleva independencia, el dos transmite un mensaje equilibrado.
El 21 y el 12 me atosigan hasta en la sopa de letras. El 12 de diciembre de 2021,12022021, con el mes en primer término como se estila en Estados Unidos, resulta ser un palíndrome que se lee igual de izquierda a derecha y viceversa. Pura casualidad. Y, por las dudas, que Dios me pille confesado.
Jorge Elías
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