Cocina y familia: Sebastián Rivas Proia prepara Limoncello
El chef nos invita a probar una receta típica de la Costa Amalfitana italiana.
El Limoncello
Según la tradición el licor limoncello nace en los inicios del 900 y su paternidad se la da dentro de la región Campania, los Sorrentinos, Amalfitanos y Capreses: el producto original como base usado es el famoso limón de Sorrento o el Sfusato Amalfitano, si respetamos la tradición a rajatabla tenemos que decir que Limoncello se lo debería denominar así solo si usamos los cítricos de la península Sorrentina.
El limoncello es un licor dulce que se obtiene por infusión de las cáscaras de limón y eventualmente de otros cítricos, (obviamente con el nombre del cítrico a usar), mezclado con un almíbar de agua y azúcar.
Generalmente se utiliza para esta infusión alcohol etílico o el medicinal de por lo menos 95° donde vienen sumergidas las cáscaras (solo la parte amarilla, la parta blanca es muy amarga y se transfiere en el licor si no pelamos bien los limones, para eso usamos un buen pelapapas afilado).
La relación para la receta original del limoncello es:
La cáscara de diez limones grandes por un litro de alcohol, en lo posible no tratados con químicos o fertilizantes.
Si sabemos de esto deben ser lavados con una esponja suave para retirar la capa delgada de cera que los protege, si son orgánicos mucho mejor o sea de la planta del patio de la casa.
Esta infusión varía en el tiempo según el gusto de cada uno pero digamos que debe estar en lugar fresco y oscuro por al menos diez días.
Luego se filtra el alcohol y se mezcla con un almíbar frío de 1 litro de agua con entre 600 a 700 gr de azúcar, este almíbar se hace mezclando los ingredientes y llevándolos a hervor suave solo hasta que el azúcar se disuelva, si usamos agua destilada es mucho mejor, cuanto mas limpia de impurezas es el agua, mejor color tendrá el licor y menos turbio también será.
Luego de tener el limoncello listo lo pasamos a botellas y lo dejamos, un mes en reposo para que madure y se redondee el sabor del licor.
Luego congelarlo o enfriarlo muy bien y siempre servirlo en pequeños vasos y en pocas cantidades para que no pierda temperatura.
Se puede degustar tanto como aperitivo o como digestivo después de las comidas.
También pueden con la misma técnica hacer licor de naranjas o de mandarinas o de cítricos mezclando a gusto las cáscaras de las tres frutas.
Para jugar un poco con sabores podemos al Limoncello perfumarlo con algunas hojas de menta dentro de la infusión del alcohol o gotas de extracto de vainilla en el almíbar.
O algo riquísimo incorporar al alcohol junto a las cáscaras de limón 7 u 8 granos de café tostados, nos dejará un suave retrogusto a café en boca.