Crean sacos de dormir reciclando bolsas de leche
Su material permite mantener el calor y aislar de la humedad a las personas que viven en la calle. El proyecto lleva dos años funcionando
La historia comenzó así: Gabriela Dodero, diseñadora argentina, no quería tirar las bolsas que sirven de envase para la leche y el yogur. Le habían regalado un bolso hecho con este material y ella le daba vueltas a la idea de cómo darle nueva vida a las que acumulaba en su casa.
Continuó con Gabriela yendo de camping con su familia durante un fin de semana lluvioso, pensando durante toda la jornada que debería haber usado esos sachets impermeables para crear un toldo para su carpa. Así habría evitado sentirse tan vulnerable bajo el agua.
Y termina con Gabriela y decenas de voluntarios cosiendo bolsas de leche hasta formar sacos de dormir que luego entregan a diversas ONG que trabajan con personas que viven en la calle.
Pero antes de lograr reunir a los voluntarios en su casa, de calcular que se necesitan 76 sachets por cada saco, de subir a YouTube un tutorial para que la idea se replique en todo el mundo y de que La Sachetera -nombre de la agrupación-, contara con siete sedes en Argentina, y que de Colombia, México, Perú y España le pidieran información para copiar la idea, antes de todo eso, Gabriela averiguó que este material era muy común en Latinoamérica. “Es muy tercermundista, India también lo produce, y la verdad es que no debería producirse más porque es muy difícil de reciclar. Son siete capas de filmes, con una capa negra al interior”, dijo en Bravo.Continental.
Sin embargo, mientras sigue en el mercado, Gabriela está convencida de que le está dando una vida útil.
“Muchos de quienes han recibido estas bolsas de dormir nos dicen que antes amanecían “ensopados” por la humedad, y que ahora amanecen secos, más protegidos y que se sienten más resguardados. La gente de la calle las ha recibido muy bien. Este año las han vuelto a pedir; dicen que en esas noches de lluvia tremenda les salvan la vida, o que llegan justo a tiempo en esos días que hay heladas en la capital”.
Por eso también trabajan en crear aislantes para casas de escasos recursos en Bariloche, y ayudan a poblaciones vulnerables a formar cooperativas para que fabriquen sus propias bolsas de supermercado y así generen recursos.
Para recolectar los materiales de trabajo, hacen campañas en colegios y universidades. Con ellos, los cerca de 80 voluntarios siguen cosiendo los sachets para darles una nueva vida a las bolsas de leche.