El río Paraná empezó este jueves a bajar su nivel en el puerto chaqueño de Barranqueras donde a las 8 marcó 6,96 metros de altura, según informó Prefectura Naval Argentina (PNA), zona donde debieron evacuar sus hogares más de 3.000 personas desde el inicio de la creciente. A esa hora, ayer el nivel del Paraná estaba en los 7 metros “estacionario”. 

La totalidad de las 1.180 familias afectadas por las inundaciones son, desde entonces, asistidas con alimentos, frazadas, ropa, calzado y control sanitario permanente por parte de los municipios de Las Palmas, Colonia Benítez, Puerto Vilelas y Basail junto a las autoridades provinciales y nacionales. El gobierno nacional colabora con el aporte logístico para llegar a familias que quedaron en las islas chaqueñas ubicadas en el Paraná a través de Prefectura Naval Argentina mientras que en los precarios asentamientos de inundados colaboran efectivos de Gendarmería Nacional y del Ejército. 

El gobierno provincial estimó que demandará entre 10 y 15 días el escurrimiento de las aguas de las zonas anegadas por esta creciente, que alcanzó 9 centímetros menos que la de julio del año pasado y que afectó a la población que habitualmente vive en la zona costera.

En Entre Ríos, el río continuó creciendo en las últimas 24 horas, pero sin provocar aún evacuaciones entre los pobladores costeros. El último informe del Instituto Nacional del Agua (INA) estima que en la provincia mesopotámica la creciente será muy inferior a lo previsto inicialmente. En la ciudad de Paraná el río quedaría 10 centímetros por debajo del nivel de evacuación, mientras que en La Paz trepará a los 5,80 el 28 de junio, muy por debajo del umbral de evacuación, fijado en 6,15 metros. 

El Gobierno provincial ya puso en vigencia el protocolo para hacer frente a la inundación, con un relevamiento de las personas que pueden resultar afectadas por la creciente y se prepararon los lugares adonde se alojará a los evacuados. Se calcula que en la ribera entrerriana bañada por el río Paraná será necesario desplazar de sus hogares a entre 1.500 y 2.000 personas, así como a los 600.000 animales que pastan en las islas.