Una reunión médica para analizar las estrategias nutricionales que ayudan a mantener un buen estado de salud coincidió en la importancia de mantener un adecuado plan alimenticio, realizar actividad física, evitar dietas rápidas y poder manejar el estrés para obtener resultados sanitarios duraderos a largo plazo.



Mónica Katz, médica especialista en nutrición y directora de la Carrera de Médico Especialista en Nutrición de la Universidad Favaloro, enfatizó que "las dietas extremas, en principio, no muestran mejor adherencia ni mejores resultados a largo plazo que las de bajas calorías y balanceadas".



"De hecho, los estudios muestran que en realidad son el mejor factor de ganancia de peso cuando se abandonan", puntualizó.



Un trabajo científico que fue tratado durante el encuentro y que incluyó un análisis de 31 estudios a largo plazo demostró que si bien las personas perdían con una dieta rápida entre 5 y 10 por ciento de peso en los primeros seis meses, en alrededor de dos años la mayoría de ellos volvía al peso inicial.



Además, entre el 30 y 60 por ciento de los participantes había ganado más peso que el que había perdido con las dietas rápidas.



En tanto, los mejores resultados se observaron entre los que seguían programas de pérdida de peso controlados, así como entre quienes hacían actividad física en forma regular.



Katz sostuvo que "las dietas que prohíben, las que proponen abstinencia o las que eliminan grupos enteros de alimentos imprescindibles para la vida, como los hidratos, son las que sólo generan una mala reacción del organismo".



La nutricionista indicó que "cada día una persona requiere una dosis de nutrientes, de calorías, pero además de una dosis de placer que proporciona la comida".



"Se ha visto que el dietismo crece a la par de la obesidad y, aunque esto no pueda implicar causalidad, sí pone en relieve y alerta acerca de los efectos adversos de algunas dietas", añadió.



Por eso, enfatizó que "la dieta extrema pone en marcha un mecanismo que puede generar reganancia de peso".



Otro de los puntos que tuvieron en cuenta los especialistas es aprender a reconocer cuáles son los verdaderos alimentos light y el usar suplementos dietarios como el ácido linoleico conjugado, como alternativa para bajar de peso en forma saludable.



Silvio Schraier, médico especialista en nutrición y director de la carrera de Médicos Especialistas en Nutrición de la Facultad de Medicina de la UBA, explicó que "está demostrado que el peso que se pierde rápidamente, también se recupera pronto. Con un ayuno o semi-ayuno, el organismo no pierde grasa, sino que se desnutre, pierde músculo y gran cantidad de agua".



"Apenas se comienza a comer con normalidad, ese peso se recupera, pero no como músculo, sino como tejido adiposo y lo que preocupa precisamente es la grasa, que es una reserva de energía a largo plazo que no es fácil movilizar rápidamente", explicó.



De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), el descenso de peso sensato y saludable en el tratamiento de la obesidad es de aproximadamente 10 por ciento del peso inicial de la persona mantenido a 5 años.



"Se calcula que un promedio de descenso razonable es de 300 a 500 gramos por semana, es decir que como máximo una persona podría bajar hasta 2 kilos por mes", dijo el médico.



Respecto a los alimentos light, Schraier aclaró que "dietético no significa no engordante, sino variante de lo normal" y ejemplificó: "para el paciente con celiaquía, será dietético el alimento que no contiene gluten, y eso, no tiene nada que ver con que la persona sea flaca o gorda".



El médico puntualizó que "el light es el alimento que tiene 30 por ciento menos calorías que su original, es decir que si éste es hipercalórico, la versión light también lo será", lo que no colabora con la dieta.