Encuentran en el Cáucaso al pueblo del cual descienden todas las lenguas indoeuropeas
El análisis del ADN antiguo de 435 individuos de yacimientos arqueológicos en Eurasia, datados entre 6400 y 2000 a.C., secuencia una población previamente desconocida, que está relacionada genéticamente con todas las comunidades que hablaban las lenguas indoeuropeas, de las cuales surgieron más de cuatrocientos idiomas en pocos miles de años.
El origen de la familia de lenguas indoeuropeas ha sido objeto de estudio y debate durante siglos, generando interés en diversas disciplinas como la lingüística, la historia y la arqueología. A pesar de los numerosos estudios realizados desde el siglo XIX, continúan existiendo interrogantes sobre la expansión de estas lenguas y los pueblos que las hablaban. Recientemente, una investigación liderada por Ron Pinhasi de la Universidad de Viena, en colaboración con el laboratorio de ADN antiguo de David Reich en la Universidad de Harvard, ha aportado nueva información sobre esta temática.
Este estudio, que ha sido publicado en la revista Nature, se centra en el análisis del ADN antiguo de 435 individuos provenientes de yacimientos arqueológicos en Eurasia, datados entre los años 6400 y 2000 a.C. Uno de los descubrimientos más significativos de esta investigación es la identificación de una población previamente desconocida, denominada grupo Cáucaso-Bajo Volga (CLV, por sus siglas en inglés). Esta población se encuentra relacionada con todas las comunidades que hablaban lenguas indoeuropeas, lo que representa una pieza clave en la comprensión de su origen y expansión.
Las lenguas indoeuropeas constituyen una amplia familia lingüística que incluye más de 400 idiomas, tales como las lenguas germánicas, romances, eslavas, indoiranias y célticas. Estas lenguas descienden del protoindoeuropeo (PIE), una lengua ancestral que ha sido objeto de reconstrucción y estudio por parte de múltiples generaciones de lingüistas.
Si bien se ha reconocido la importancia de la cultura Yamnaya, originaria de las estepas póntico-caspianas, en la difusión de los idiomas indoeuropeos, los hallazgos recientes han proporcionado una visión más matizada sobre el origen de esta cultura y sus conexiones con otras poblaciones. El estudio confirma que la expansión de la cultura Yamnaya, ocurrida aproximadamente en el año 3100 a.C., tuvo un impacto significativo en la genética de las poblaciones de Europa y Asia Central. Sin embargo, una de las cuestiones más relevantes que permanecía sin respuesta era el origen de la única rama indoeuropea que no mostraba evidencias genéticas de la migración Yamnaya: las lenguas anatolias, entre las que se destaca el hitita, uno de los idiomas más antiguos documentados dentro de esta familia lingüística.
El estudio sugiere que las lenguas anatolias provienen de una comunidad que no había sido adecuadamente caracterizada en investigaciones anteriores: la población eneolítica que habitó entre los montes del Cáucaso y el Bajo Volga entre 4500 y 3500 a.C. Al analizar el ADN de individuos de Anatolia que vivieron en periodos anteriores y contemporáneos al hitita, los investigadores encontraron evidencias de ascendencia CLV, lo que sugiere que esta población fue responsable de la transmisión de la lengua protoindoeuropea hacia Anatolia sin la influencia directa de los Yamnaya.
Los resultados del estudio indican que la cultura Yamnaya adquirió cerca del 80% de su ascendencia genética del grupo CLV. Asimismo, se estima que al menos el 10% de la ascendencia genética de los habitantes de la Anatolia de la Edad del Bronce, que hablaban hitita, se relaciona con el mismo grupo. Estos hallazgos apoyan la hipótesis de que la lengua protoindoeuropea, en su fase inicial conocida como protoindoanatolia, se desarrolló dentro de esta comunidad antes de diversificarse en las distintas ramas lingüísticas actuales.