Fabricá diamantes en tu propio microondas
Crece incesantemente la fabricación en laboratorios y predicen que habrá un meteórico crecimiento en la próxima década. Un trozo de carbono y metano bastan para lograrlo.
A diferencia de los diamantes de imitación, como la circonia cúbica, los que se producen ahora en laboratorios tienen las mismas características físicas y composición química que las joyas tradicionales extraídas de las minas. El proceso consiste en colocar un trozo de carbono en una cámara de microondas con metano u otro gas que contenga carbono y, a continuación, sobrecalentarla hasta convertirla en una bola de plasma. De este modo, se crean partículas que se cristalizan en diamantes, un proceso que tarda unas 10 semanas.
La tecnología ha avanzado tanto que los expertos necesitan una máquina especial para distinguir los diamantes sintetizados de los tradicionales. Aunque los diamantes artificiales constituyen tan solo una fracción del mercado de diamantes mundial de 80.000 millones de dólares, la demanda va creciendo a la vez que los compradores buscan piedras más baratas y libres de estigmas de carácter ético.
En ese sentido, grupos de derechos humanos han popularizado el término "diamantes de sangre" para llamar la atención sobre el papel que la extracción de diamantes ha jugado en la intensificación de los conflictos en África. Los diamantes de este tipo comienzan a venderse en tiendas como Walmart o Helzberg Diamonds. No obstante, las compañías que dominan el mercado de las joyas naturales aún no ven a esa nueva industria como una amenaza seria, debido a su reducido tamaño.
El año pasado, según algunas estimaciones, se fabricaron tan solo unos 360.000 quilates de diamantes artificiales, frente a 146 millones de quilates de joyas tradicionales en 2013. No obstante, se prevé que el suministro de diamantes producidos en laboratorios probablemente suba hasta 2 millones de quilates en 2018 y 20 millones en 2026.