Identificaron el gen que transforma una aleta de pez en una pata
El paso, que durante el período Devónico duró unos 10 millones de años, fue desarrollado en pocas horas en ejemplares experimentales de pez cebra por investigadores del Centro Andaluz de Biología del Desarrollo, mediante la modificación del gen hoxd13.
La transición de los vertebrados acuáticos hacia las primeras colonizaciones de la tierra firme es una de las imágenes que mejor ilustra en el imaginario popular la historia de la evolución de los seres vivos.
Pero esa instantánea en la que un organismo a medio camino entre un pez con aletas firmes transformadas en patas primitivas y un anfibio con miembros terrestres aún por desarrollar sale del agua y se adentra hacia el continente duró alrededor de 10 millones de años, durante el Devónico, hace más de 360 millones de años.
La hipótesis de que un conjunto de cambios genéticos condujo al árbol de la vida hacia la colonización de la tierra firme desde el medio acuático era algo más o menos aceptado en la comunidad científica, pero que aún no había sido demostrada.
Un trabajo liderado por investigadores españoles ha demostrado por primera vez que las aletas de los peces cebra ('Danio rerio'), uno de los organismos de laboratorio más utilizados por la ciencia, pueden transformarse en estructuras parecidas a las patas de los tetrápodos si se incrementa la actividad de un gen denominado hoxd13.
Los resultados de la investigación, que aparecen publicados en el último número de la revista científica 'Developmental Cell', demuestran funcionalmente esta teoría clave para entender el paso de los animales acuáticos a los terrestres. Según los autores del experimento, en esta transición fue crítica la aparición de estructuras óseas distales que formaron lentamente los dedos y la muñeca en los apéndices precursores de las patas de los tetrápodos.
La investigación ha sido llevada a cabo por los investigadores José Luis Gómez-Skarmeta, Fernando Casares y Renata Freitas, en el Centro Andaluz de Biología del Desarrollo, un centro mixto del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Universidad Pablo de Olavide.
Sin embargo, los científicos no han podido saber hasta qué punto afecta la mutación a la formación de estas 'protopatas'. Sólo han podido llevar el desarrollo de los organismos modificados hasta el cuarto día de vida debido a que llegado ese punto las larvas necesitan alimentarse por sí solas y para ello necesitan nadar, algo que no pueden hacer con estos miembros modificados artificialmente.
“Hemos acelerado un proceso de 10 millones de años hasta hacerlo en 24 horas”, asegura Fernando Casares. “Pero este cambio evolutivo ocurrió muy lentamente y acompañado de otros muchos cambios fisiológicos que hicieron que estos cambios no fuesen deletéreos, como sí lo son en los peces cebra de laboratorio”, explicaron los especialistas.