Inundaciones en Córdoba: "Un 30% de los campos de Marcos Juárez está bajo agua"
En ese departamento cordobés se inundaron unas 40.000 hectáreas por las lluvias registradas en las últimas semanas, consignó Martín Pavani, de la Asociación de Productores Rurales.
El exceso de lluvias en suelos agrícolas de Santa Fe, Córdoba y Entre Ríos, como consecuencia del impacto del fenómeno climático de "El Niño", provocó el anegamiento de campos sembrados principalmente con soja, lo que afectó un 6% del área sembrada con la oleaginosa. La situación es especialmente delicada en el sur santafesino y en el este cordobés, donde causó pérdidas sojeras en los relieves bajos, con caminos intransitables en zonas como Guatimozín, Corral de Bustos, Cavanagh y Marcos Juárez, entre otras localidades, consignó por Continental Martín Pavani, Asociación de Productores Rurales de Marcos Juárez
En las mentadas regiones, se divisan "lagunas gigantes, caminos rurales destrozados y un 6% de pérdida en la soja" en la zona núcleo por efecto del exceso de agua en los suelos provocado por las precipitaciones recibidas en el arranque del 2016. Cayeron en los primeros diez días del año 156 milímetros en Chovet, 153 en Montes, 141 en Rufino y 118 en María Teresa. También hay zonas con sus napas saturadas tal como sucede en María Susana, Bouquet y Carlos Pellegrini.
En La Hora del Campo, Pavani consignó que se inundaron unas cuarenta mil hectáreas de campos productivos debido a las lluvias registradas en el arranque del 2016 y las suscitadas a fines del pasado año. “Un 30 por ciento de los campos de la zona están bajo agua, y varios kilómetros de caminos rurales están anegados o intransitables”, precisó. Más allá de la problemática que reviste la traza de la Autopista Rosario-Córdoba, privados señalan la necesidad de dragar la Cuenca del Río Carcarañá hasta El Saladillo y obras hacia el Canal San Antonio, que tiene un mayor recorrido por Santa Fe y permite desagotar agua de los campos cordobeses. Pero los ecologistas llaman la atención sobre el desmonte de los faldeos para extender la zona cultivable en los últimos años, que eliminó el gran agente de absorción de las lluvias y provocó el anegamiento de esas zonas en sus partes bajas, lo que este año El Niño sólo agravó.