La reina Isabel de Portugal dio a luz el 22 de abril de 1451 a un bebé que resultó una decepción para su esposo, el rey Juan II de Castilla. ¿Por qué? Porque era una niña y no un varoncito que le fuera útil a su plan.

El rey ya tenía un hijo varón, el mal llevado Enrique, fruto de su unión con María de Aragón. 
Enrique era toda una amenaza, tenía 26 años y el freno que quería imponerle su padre estaba pensado desde la llegada de un nuevo varón a la familia. 
Pero no, nació una niña, a la que llamaron Isabel.

Su infancia transcurrió en el Castillo de Arévalo, en Segovia, lejos de la corte de su hermano cuándo éste llegó al poder bajo el nombre de Enrique IV.
Ella tenía 11 años la primera vez que Enrique la llevó a la corte, y allí se dio cuenta de qué iba la mano.

Enrique era un rey flojito, más dedicado a la caza y a los amores, que a manejar los destinos del pueblo.

Cuando el caldo estaba bien espeso, hubo levantamientos contra Enrique en los que fue involucrada Isabel. Ella inventó el Pacto de Guisando, dónde reconocía la legitimidad del gobierno de su hermano, y a cambio, él la convertía en la heredera directa del trono en lugar de Juana la Beltraneja, hija presunta de Enrique.

Volvió la paz e Isabel se enfrentó a su destino, el destino de una infanta: el casamiento.
Su tío, Juan de Aragón, le presentó a su hijo Fernando.
Se casaron el 19 de octubre de 1469 en Valladolid, aunque la unión se hizo sin la aprobación de su hermano Enrique, que se sintió traicionado y la repudió.

Como casi todas en aquellos tiempos, la boda fue una unión por conveniencia.
Fernando, su primo, era inteligente y locuaz, y la conquistó de pies a cabeza.
“Isabel amaba mucho a su marido y lo cuidaba fuera de toda medida”, escribió un cronista real.

El 12 de diciembre de 1474 murió Enrique IV e Isabel se proclamó reina. Cuando se enteró Fernando, puso el grito en el cielo, pero el problema se resolvió en la concordia de Segovia. Fernando sería rey de Castilla mientras ella viviera. Allí surgió la frase: “Tanta monta, monta tanto, Isabel como Fernando”.

Isabel La Católica, una de las grandes reinas de la historia

Un doble comando.

En 1479 murió el rey Juan II de Aragón y Fernando fue nombrado rey.

Y allí se unieron los reinos de Aragón y Castilla.
Isabel tenía 28 años, tres hijos y se convirtió en la personalidad política más importante de la historia de la región.
Transformó el mayor reino cristiano de la península en un estado moderno.

Apoyados por el papado controlaron la Inquisición.
Además, la toma de Granada significó el final de la dominación judía y musulmana en España, que llevaba ocho siglos de presencia.
Allí nació una famosa leyenda que dice lo siguiente: cuando el rey árabe Boabdil, luego de la derrota y camino al exilio, dio una última mirada a la Alhambra y se puso a llorar. Su madre, Aixa, le dijo secamente: “Llora, llora como una mujer lo que no supiste defender como un hombre”.

Isabel I de Castilla fue reina desde 1474 hasta 1504. 

Isabel, la Católica.

Reorganizó el sistema de gobierno y la administración, reformó el sistema de seguridad ciudadana y llevó a cabo una reforma económica para reducir la deuda que el reino había heredado de su hermanastro, y predecesor en el trono. 

APARECE COLÓN

En 1486 Cristóbal Colón presentó un proyecto a los Reyes Católicos para crear una nueva ruta hacia las Indias por el océano Atlántico. En aquel momento, como era prioridad la conquista de Granada, el proyecto fue duramente cuestionado. Fue la reina Isabel quien concedió apoyo a Colón para su expedición que, aunque existen varias teorías sobre la financiación, en todo caso necesitaba su beneplácito. 

Los beneficios que trajo consigo el descubrimiento de América para el reino de Castilla fueron varios, como la extensión de las rutas marinas para el tráfico, el intercambio de culturas y la consolidación de un reino, así como la evangelización de las nuevas tierras, prioritaria para los Reyes Católicos.

Isabel La Católica, una de las grandes reinas de la historia

En sus últimos años todas fueron malas noticias. Murieron dos de sus hijos y un nieto en poco tiempo y quedó devastada.
Dejó todo en manos de su hija Juana. Juana I de Castilla, Juana la Loca, luego se casaría con Felipe el hermoso, pero esa es otra historia.

Isabel la Católica, murió a los 53 años, de hidropesía provocada probablemente por un cáncer de útero. 
Fue una de las grandes reinas de la historia. 

ÚLTIMOS DATOS

Aunque su matrimonio con Fernando de Aragón, fue pactado, con el paso de los años, se enamoraron.

Era una mujer pequeña, rechoncha, rubia y de ojos claros. Con ideas claras y muy segura.
Hablaba perfectamente el latín y era culta. Poseía más de 400 libros.

Estuvo casada durante 36 años y tuvo 5 hijos.

Gracias a su influencia como mujer fuerte y adelantada de su época, el juego de ajedrez cambió sus reglas y modificó el rol de la dama, en el más poderoso de todo el tablero.

En 1491, junto a su marido, regularizó y autorizó "las casas del pecado" (los burdeles), obligando a las meretrices a vivir en zonas concretas, a vestir de un determinado modo para distinguirlas y a pasar revisiones médicas periódicas.

Se relaciona a Isabel la Católica con venenos, dadas las casuales muertes que le facilitaron llegar al trono, aunque nunca ha podido probarse.

Detestaba el ajo y en una ocasión, sus cocineros trataron de camuflarlo con mucho perejil. Al darse cuenta dijo: "Venía el villano vestido de verde" y la frase se popularizó para detectar un mal o amenaza.