Jorge Edwards confesó que fue abusado por un cura cuando era niño
"El cura estaba loco, era un loco sexual", explicó el autor, de 81 años, que indicó que el sacerdote se apellidaba Cádiz y que, cuando ocurrieron los hechos él tenía once años y estudiaba en el Colegio San Ignacio, un exclusivo centro escolar de la capital chilena.
El escritor Jorge Edwards, Premio Cervantes 1999 y actual embajador de Chile en Francia, reveló que un sacerdote de un prestigioso colegio religioso de Santiago en el que estudiaba abusó sexualmente de él cuando tenía once años. “La pedofilia de los curas es un tema que ha salido en Estados Unidos, en Austria, en todos lados. Ha salido lo de (Fernando) Karadima acá y me dije por qué no voy a contar esta historia”, confesó.
Edwards se encuentra en Chile para presentar este sábado en la Feria Internacional del Libro de Santiago el primer volumen de sus memorias, “Los círculos morados”, donde al parecer hace alusión a este episodio.
“El cura estaba loco, era un loco sexual”, explicó el autor, de 81 años, que indicó que el sacerdote se apellidaba Cádiz y que cuando ocurrieron los hechos él tenía once años y estudiaba en el Colegio San Ignacio, un exclusivo centro escolar de la capital.
Autor de títulos como “El inútil de la familia” y “La muerte de Montaigne”, Edwards contó en esta entrevista que pudo sobrellevar ese capítulo de su vida gracias a la llegada a su colegio del Padre Alberto Hurtado, declarado santo en 2005. Hurtado “suavizó las costumbres” en el colegio e “hizo una cosa bien insólita, porque autorizó a los chicos de cuarto año para arriba a fumar. No en la clase, pero en el recreo”, precisó.
“Me enseñó a mirar la injusticia social en Chile. Yo era un niño pituco (de clase alta), llegaba peinado a la gomina al colegio, pero vi los niños debajo de los puentes. Así que en mi formación hay un elemento social chileno que me lo enseñó Hurtado”, relató.
“A lo mejor es un exorcismo. Exorcizo las cosas contándolas. Puede ser. Después de mi educación jesuítica intensa terminé agnóstico. Fui tanto a misa que ya consideré que había cumplido con mi cuota”, admitió Edwards.