Yacimientos Petrolíferos Fiscales S. A. (YPF) fue fundada a comienzos del siglo XX como una empresa estatal y se transformó en la primera gran petrolera verticalmente integrada del mundo.  Es la mayor empresa de Argentina empleando directa o indirectamente a más de 46 000 personas. Fue transformada en YPF S.A. en 1992 para formar parte de Repsol-YPF tras la adquisición por la española Repsol. El 16 de abril de 2012 se anunció el envío al Congreso de la Nación Argentina de un proyecto de ley que declara "de utilidad pública y sujeto a expropiación" el 51% del capital de YPF, al tiempo que se intervenía la empresa por un periodo de treinta días.



A fines de 2011 YPF poseía en Argentina una red de más de 1600 estaciones de servicio y 26 bloques exploratorios onshore y offshore que poseen un total de 148 000 km2. Sus operaciones en 91 áreas productivas se situaban en las cuencas petrolíferas Neuquina, Golfo de San Jorge, Cuyana, Noroeste y Austral. La empresa cuenta con 3 refinerías en Argentina: en La Plata (provincia de Buenos Aires), Luján de Cuyo (provincia de Mendoza) y Plaza Huincul (provincia del Neuquén), así como también posee una participación accionaria del 50% en la planta industrial de Refinor, en la provincia de Salta.[8] En cuanto a la producción petroquímica posee los complejos industriales de Ensenada (provincia de Buenos Aires) y Plaza Huincul en Neuquén, y participa con un 50% en la empresa de fertilizantes nitrogenados Profértil.


Pueden encontrarse los antecedentes de YPF en el descubrimiento de petróleo en la zona de la ciudad de Comodoro Rivadavia en 1907. Posteriormente se creó la Dirección General de Explotación del Petróleo, con el objetivo de regular la actividad de las compañías extranjeras que comenzaban a establecerse en el país. Durante la primera presidencia de Hipólito Yrigoyen, entre 1916 y 1922, se realizaron varias obras para la producción de petróleo.

El 16 de octubre de 1922, pocos días después de asumir la presidencia de la Nación Argentina Marcelo Torcuato de Alvear, Enrique Mosconi fue nombrado Director General de Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF), donde permanecería por ocho años, dedicando grandes esfuerzos para incrementar la exploración y desarrollo de la extracción de petróleo.

YPF fue la primera petrolera estatal integrada verticalmente en todo el mundo, excluyendo a la URSS. Cuando se estaban por firmar los protocolos de acuerdo se produjo el golpe de Estado de 1930, que derrocó a Hipólito Yrigoyen en su segundo gobierno e inauguró la Década Infame.

Un grupo de empleados de Y.P.F. que trabajaban en el pozo 128, en el año 1923, Provincia de Chubut. Desde su fundación, la empresa realizó todas las actividades que fuesen necesarias para la explotación de petróleo, incluyendo incluso la fundación o rápido engrandecimiento de pueblos cercanos a zonas con reservas de petróleo, como la citada Comodoro Rivadavia en la provincia de Chubut, Las Heras, Cañadón Seco, Caleta Olivia en Santa Cruz o Plaza Huincul en Neuquén.

De acuerdo con la doctrina del general Mosconi y de Hipólito Yrigoyen, la empresa tuvo el monopolio legal del petróleo durante toda su existencia como Sociedad del Estado, a pesar de que también existía una considerable participación en la industria de las multinacionales Shell y Esso, lo que se acentuó durante el llamado Proceso de Reorganización Nacional. De todos modos, su producción siempre superó con creces la del sector privado, lo que de hecho era el objetivo buscado por Mosconi: el fisco debía contar con una gran empresa, para poder hacer frente a reclamos individuales que fueran contra el interés general del país.

El Edificio YPF fue diseñado por el Departamento Técnico en septiembre de 1936 e inaugurado en 1938, en la Diagonal Norte, entre las calles Esmeralda y Juan D. Perón, en Buenos Aires.

Como la mayoría de las empresas públicas argentinas, fue reestructurada durante el gobierno de Carlos Saúl Menem en el marco de la política económica del momento. Entre 1989 y 1992 se llevaron a cabo las principales reformas. El primer paso en este proceso fue el cambio de tipo societario de Yacimientos Petrolíferos Fiscales (que era una Sociedad del Estado) para convertirse en una Sociedad Anónima (YPF S.A.). En 1993 el Estado mantenía el 20% de las acciones y la acción de oro, y un 12% los estados provinciales. El sector privado era propietario del 46% del accionariado, y lo componían bancos y fondos de inversión de diversos países. En 1998, el sector privado poseía casi el 75% de las acciones, aunque el Estado mantenía la acción de oro.

Finalmente, se culminó en 1999, cuando el Estado argentino vendió a Repsol un 14,99% de las acciones de YPF, efectuando aquella una OPA sobre el resto de capital. La transacción le costó a la petrolera española 13.437 millones de euros, y permitió a Repsol convertirse en la octava productora de petróleo del mundo y la decimoquinta compañía energética.

El Estado argentino percibió ingresos por la privatización de YPF entre 1992 y 1999 por 20.269 millones de dólares, de los cuales 15.169 millones de dólares correspondieron a la adquisición realizada por Repsol en 1999.

En diciembre de 2007, el Grupo Petersen, conglomerado argentino de empresas al mando de Enrique Eskenazi, compró el 14,9% de YPF S.A., pasando al año siguiente a tener un 15,46%. El 4 de mayo del 2011 aumentó su participación accionaria en la compañía en un 10%. Para el 31 de diciembre de 2011 el Grupo Petersen poseía el 25,46% de YPF, la compañía Repsol el 57,43%, el 17,09% restante estaba en manos de inversores privados, flotando en bolsa, y un 0,02% en poder del Estado argentino, que conserva la acción de oro.

Expropiación

El 16 de abril de 2012, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner presentó un proyecto de ley para que el Estado argentino recuperase la propiedad de YPF, de acuerdo al artículo 31 la ley de Hidrocarburos N° 17 319/67 donde especifica que los concesionarios petroleros deben efectuar las inversiones que sean necesarias para la ejecución de los trabajos que exija el desarrollo de toda la superficie abarcada por la concesión, (...) asegurando la máxima producción de hidrocarburos compatible con la explotación adecuada y económica del yacimiento y la observancia de criterios que garanticen una conveniente conservación de las reservas. La disminución de las reservas de petróleo durante la gestión de Repsol en YPF es el principal motivo aducido para su expropiación. Desde la adquisición por Repsol en 1998 hasta fines de 2011 esa caída fue del 61,6% en petróleo y del 77,3% en gas, declarando el 51% del patrimonio de YPF de utilidad pública y sujeto a expropiación.

De ese 51% expropiado, un 49% irá a las provincias y el 51% restante al Estado Nacional. La presidenta ha justificado la decisión porque considera que la empresa mantenía una insuficiente inversión y una escasa producción.