La utilización de tablets por parte de bebés puede aumentar su ira y frustración
Un estudio de JAMA Pediatrics destaca que la falta de mediación de los progenitores puede generar en niños y niñas dificultad para controlar sus emociones. La mayoría de los niños de 4 años ya tiene acceso a un dispositivo móvil propio.
Un estudio reciente publicado en JAMA Pediatrics ha planteado que el uso temprano de dispositivos móviles podría desencadenar un ciclo que afecta la capacidad de los niños para regular sus emociones, sugiriendo la necesidad de una evaluación más profunda sobre los efectos a largo plazo de esta práctica. La investigación destaca que el uso de dispositivos móviles entre niños en edad preescolar ha incrementado notablemente en los últimos años. Se estima que la mayoría de los niños de 4 años ya tiene acceso a un dispositivo móvil propio, con un aumento del tiempo de uso durante la pandemia de COVID-19, que pasó de unos minutos diarios en 2020 a cerca de una hora en 2022.
Las tablets, al ofrecer estimulación sensorial inmediata y un acceso variado a contenidos adaptados a los intereses infantiles, se han vuelto una opción atractiva para los padres. No obstante, este recurso puede tener consecuencias en el desarrollo emocional que merecen atención. El estudio realizado en Nueva Escocia, Canadá, abarcó a 315 niños en distintas etapas de su desarrollo: a los 3,5, 4,5 y 5,5 años. Utilizando un modelo de análisis específico, los investigadores examinaron la relación entre el uso de tablets a una edad temprana y la expresión de emociones como el enojo y la frustración.
Los resultados obtenidos son significativos: el uso de tablets a los 3,5 años se asocia con un aumento en la manifestación de enojo y frustración a los 4,5 años. Además, se observó que los niños que mostraban mayor tendencia a la ira a los 4,5 años eran más propensos a utilizar dispositivos a los 5,5 años, lo que sugiere una relación bidireccional entre el uso de estos dispositivos y la regulación emocional.
Esta relación indica que el uso de tablets podría estar dificultando la capacidad de los niños para manejar sus emociones. A su vez, los niños que son más propensos a experimentar frustración y enojo podrían recurrir con mayor frecuencia a estos dispositivos como un mecanismo de afrontamiento. Esta dinámica puede dar lugar a un ciclo vicioso que impide el desarrollo de habilidades esenciales para la autorregulación emocional.
El desarrollo de habilidades de regulación emocional es crítico en la infancia, un periodo en el que los niños aprenden a gestionar sus emociones y a interactuar efectivamente con su entorno. La investigación sugiere que el tiempo prolongado frente a pantallas, como las tablets, podría privar a los niños de experiencias valiosas que fomentan estas habilidades, como el juego libre o las interacciones sociales con cuidadores y otros niños. A largo plazo, esta falta de habilidades para regular las emociones podría repercutir en la salud, el rendimiento académico y el bienestar psicosocial de los niños.
Un hallazgo alentador del estudio indica que los hábitos de uso de tablets pueden ser susceptibles de modificación. A pesar de que el uso de pantallas y las manifestaciones de enojo y frustración mostraron variaciones durante el período de estudio, se sugiere que esta inestabilidad puede abrir la puerta a intervenciones que modifiquen estos patrones. Esto resulta particularmente relevante en el contexto de la pandemia, donde el aumento del estrés y la ruptura de rutinas familiares pueden haber exacerbado tanto el uso de dispositivos electrónicos como las dificultades emocionales en los niños.