La figura de Enzo Fernández ya es enorme en Europa. Desde que se subió al plantel de la Selección casi colagado a la cola del avión, ingreso en el partido clave contra México y empujo al equipo a la victoria, con un golazo extraordinario, y sus brillantes actuaciones posteriores, hasta ser nombrado por la FIFA como el mejor jugador joven del Mundial, su vida volvió a cambiar radicalmente en dos meses.