El cerebro de la mosca de la fruta (Drosophila melanogaster) ha sido objeto de un detallado estudio que ha culminado en la creación del primer mapa completo de este órgano. Este avance científico representa un hito significativo, ya que durante décadas se ha buscado cartografiar con éxito la estructura cerebral de este insecto, proporcionando una referencia visual precisa de cada una de las neuronas en un individuo adulto.