Por primera vez, se pudo observar el nacimiento de tres de las galaxias más antiguas
Se estima que el nacimiento de estas tres galaxias tuvo lugar aproximadamente entre 400 y 600 millones de años después del Big Bang, durante la Época de Reionización, un periodo en el cual la energía y la luz de las primeras galaxias rompieron las nebulosas de gas de hidrógeno.
En un hito sin precedentes en la historia de la astronomía, investigadores del Instituto Niels Bohr han presenciado el nacimiento de tres de las galaxias más antiguas del universo, ocurrido en algún momento entre hace 13,3 y 13,4 mil millones de años. Fue posible gracias al telescopio espacial James Webb.
A través de este instrumento, los investigadores pudieron detectar la acumulación de grandes cantidades de gas en una mini-galaxia en proceso de formación. Aunque este proceso es coherente con las teorías y simulaciones computarizadas sobre la formación de galaxias, nunca antes se había observado de manera directa.
Mientras que el James Webb ha mostrado anteriormente galaxias tempranas en etapas más avanzadas de evolución, estas observaciones nos permiten presenciar su nacimiento, así como la formación de los primeros sistemas estelares en el universo. Se estima que el nacimiento de estas tres galaxias tuvo lugar aproximadamente entre 400 y 600 millones de años después del Big Bang, que marcó el inicio de todo.
A pesar de la aparente distancia temporal, este periodo corresponde a una fase temprana en la formación de galaxias, sólo el tres o cuatro por ciento de la vida total del universo, que se estima en 13,8 mil millones de años. Durante los primeros cientos de millones de años después del Big Bang, se formaron las primeras estrellas, dando inicio al proceso de agrupamiento de estrellas y gas en galaxias. Este proceso es el que se ha podido observar en estas investigaciones.
El nacimiento de estas galaxias tuvo lugar durante la Época de Reionización, un periodo en la historia del universo en el cual la energía y la luz de las primeras galaxias rompieron las nebulosas de gas de hidrógeno. La detección de grandes cantidades de gas de hidrógeno frío y neutro, fundamental para la formación de estrellas y galaxias, fue posible gracias a la visión infrarroja del telescopio espacial James Webb. Esta representa la medición más lejana de este tipo de gas realizada hasta la fecha.
El estudio realizado por el Instituto Niels Bohr, liderado por el profesor Kasper Elm Heintz y en colaboración con otros expertos, ha sido fundamental para profundizar en la comprensión de los procesos de formación de galaxias en las etapas más primitivas del universo.