Presentarán un proyecto para llevar los restos de San Martín a un mausoleo de Recoleta
La Vuelta / El periodista Claudio Negrete repasó el periplo y la burocracia que atravesó el cadáver del prócer argentino hasta llegar a nuestro país. También reveló que hace pocos años volvieron a exhumar su cadáver embalsamado con pretenciones de exhibirlo, aunque luego esa idea quedó trunca.
El 17 de agosto se conmemora la muerte del General José de San Martín. El periodista y escritor Claudio Negrete detalló el periplo y la burocracia que atravesaron los restos del prócer argentino, repatriado en 1880, treinta años después de su muerte.
En la Vuelta, el autor de “Necromanía, Historia de una pasión argentina”, donde Negrete repasa Personajes de la historia argentina que fueron víctimas de la ‘necromanía’ argentina (aquí la tradición es recordar a los próceres por el día de su muerte y no por su nacimiento), afirmó que “de San Martín está muy instalado en el imaginario social que por su condición de prócer es una persona intocable, del bronce. Desde que falleció en 1850, cuando fueron repatriados sus restos al país, su cuerpo no descansó en paz y hasta fue parte de disputas políticas”.
En estos días, el diputado socialista Roy Cortina presentará un proyecto para sacar sus restos de la Catedral de Buenos Aires y llevarlo a un súper mausoleo a construirse en Recoleta, explicó el periodista.
La historia del cuerpo. “San Martín muere el 17 de agosto de 1850 en Boulougne Sur Mer, esa es la historia oficial. Luego pasaron treinta años para que sus restos regresaran a la Argentina. Su hija Merceditas se negaba a desprenderse del cuerpo de su padre”, relató Negrete.
“En 1862 la ciudad de Buenos Aires inicia gestiones para levantar un gran monumento al caudillo, con el presidente Bartolomé Mitre a la cabeza. Pero luego, en los próximos años, se desata una polémica pública sobre el tema sin que se consumara la repatriación de los restos. Recién en 1877 se agilizan los trámites, con la presidencia de Avellaneda”, aseguró.
Negrete reveló que “a fines de los ’90, cuando se hacían reparaciones en la Catedral, alguien del gobierno de Carlos Menem decidió exhumar el cadáver de San Martín, cuyo féretro estaba puesto de forma oblicua. Eso se debió al espacio reducido que le habían reservado” al cajón.
El escritor precisó que “al destaparse el féretro, se pudo reconocer las facciones de San Martín porque fue embalsamado con la idea de exhibirlo al pueblo. Estaba vestido de civil”.
“Necromanía es una definición que describe una pauta cultural argentina”, aseguró Negrete.