Se triplicó el contagio de HIV en mayores de 45 años
El Presidente de la Fundación Huesped, Dr. Pedro Cahn señaló que "es una población que ahora tiene una vida sexual más prolongada, y al mismo tiempo no tiene incorporado el uso del preservativo"
El abuelo tiene sida”. El diagnóstico es demoledor, porque superpone dos mundos que parecían a años luz uno del otro. Pero está ocurriendo, y con más frecuencia de lo que se cree.
Funcionarios del Ministerio de Salud, especialistas de la Fundación Huésped y médicos del PAMI así lo confirman: los mayores de 45 años se están convirtiendo en un grupo de riesgo . Existen varias razones, pero una desencadena las demás: la aparición –diez años atrás– del sildenafil, la droga que estimula la erección o viagra en su nombre más popular.
De acuerdo con las estadísticas del Ministerio de Salud, estas personas representan el 20% de los nuevos casos de VIH que se diagnostican cada año. Una década atrás, esos diagnósticos no llegaban al 7%. Pero en 2008 ya habían aumentado al 12%.
“La tendencia se mantiene, las personas de más de 45 años con diagnóstico de VIH ha ido creciendo”, señala Carlos Falistocco, director del Programa Nacional de Sida del ministerio. Y agrega: “Es una población que no se considera en riesgo. Pero además, tampoco se han hecho campañas dirigidas a ellos, nos olvidamos que son personas sexualmente activas ”.
Patricia Patterson es investigadora de la Fundación Huésped y trabaja con los llamados “adultos mayores”: “Es fabuloso que vuelvan a tener sexo porque habla de una buena calidad de vida, el problema es que nadie les dice que ya no estamos en los años 50 y que tienen que usar preservativo”.
Lo que ocurre en la Argentina no es diferente a lo que pasa en el resto del mundo : los viejos están fuera de las campañas, pero cada vez consumen más viagra, tienen más relaciones sexuales y se infectan más. Son el grupo que más creció en los últimos diez años, según los datos que se dieron a conocer el año pasado en la XVIII Conferencia Internacional de VIH-Sida. Durante esa reunión en Viena, se presentó un estudio de la OMS que mostró que en EE.UU. la proporción de mayores de 50 años con el virus había aumentado del 20% en 2003 al 25% en 2006.
“Es una población invisible para el sistema de salud –alerta Patterson–. Ahora tienen una vida sexual más prolongada, pero al mismo tiempo no tienen incorporado el uso del preservativo. Son generaciones en las que era de “macho” llegar a casa con sífilis. Y además muchos te dicen que con el preservativo se les baja, por eso es muy difícil que lo incorporen”.
Si bien la población con VIH está envejeciendo porque la aparición, a mediados de los 90, de los medicamentos retrovirales hizo que el virus dejara de ser mortal, los especialistas coinciden en que existe un segmento al que se está olvidando. El viagra les devolvió placer, pero no fue acompañado por campañas de prevención ni médicos dispuestos a explorar en la vida sexual de sus pacientes. “ A los médicos les da vergüenza plantear cuestiones de sexualidad o proponerles que se hagan el análisis –reconoce Patterson–. Nosotros tenemos responsabilidad, mucha responsabilidad, es como si el sida no existiera en los mayores”.En la Argentina se venden unos 20 millones de pastillas para tratar la disfunción eréctil. Y aunque en teoría sólo se consiguen bajo receta, en los hechos se pueden comprar sin prescripción.
El problema es que, además, los diagnósticos llegan tarde. “No se hace el diagnóstico en forma temprana porque muchos de los síntomas están asociados a la vejez, entonces se piensa en cualquier cosa menos en que la persona tiene VIH ”, sostiene Patterson.
Cada año, en el país se diagnostican unos 5.000 nuevos casos de VIH. Es una cifra que se mantiene estable desde la aparición de los retrovirales. Pero lo que sí varía son las edades: de esas personas, mil corresponden a mayores de 45 años. Y aunque en ellos se mantiene la misma proporción de dos hombres por una mujer que se da en el resto de los grupos, en esos diagnósticos ellas suelen llevarse la peor parte. “Hay más sorpresa y preocupación entre las mujeres porque claramente no se sienten en riesgo”, señala Falistocco. Son mujeres que han dejado de preocuparse por un embarazo y que en muchos casos fueron infectadas por sus propios maridos.
“Hay un consenso en que el sida es cada vez más joven, más femenino y más pobre, pero también estamos viendo que es cada vez más grande en las mujeres. Los homosexuales, los jóvenes, tienen más conciencia, pero la mujer que siempre estuvo en su casa, que no tuvo otro hombre, es la más vulnerable”, dice Patterson.
No existen estadísticas que sirvan para examinar con mayor sutileza este fenómeno. Tampoco campañas que enseñen sobre los peligros de tener sexo sin preservativo. Lo que si existe es el número de nuevos enfermos, un número que crece día a día