Sol Líneas Aéreas: nueva reunión a las 14 por los 300 trabajadores despedidos
"El problema de Sol es que la fueron asfixiando. Me gustaría que el nuevo Gobierno investigue el contrato, que es leonino", señaló Ricardo Cirielli, líder del sindicato APTA.
Continúan esta tarde las tratativas entre los trabajadores y los empresarios de Sol Líneas Aéreas, con la intervención del Ministerio de Trabajo en pos de una solución para los 300 trabajadores despedidos. En este marco, trabajadores realizan desde el fin de semana un acampe en el Aeroparque Jorge Newbery, así como en la terminal aérea rosarina, en demanda del pago del 100% de las indemnizaciones y la aclaración de la situación, porque la empresa no ha presentado la quiebra y muchos trabajadores ni siquiera recibieron el telegrama de despido.
Los tres gremios inmersos en el conflicto, la APLA, la Asociación del Personal Técnico Aeronáutico (APTA) y la Asociación Personal Aeronáutico (APA) apuntaron a los “desmanejos” de la compañía local como la principal razón del sorpresivo cese de actividades y recordaron que el rojo de Sol con Aerolíneas asciende a 40 millones de pesos.
Por Continental, Ricardo Cirielli, secretario general de APTA, consideró que "el problema de Sol es que la fueron asfixiando. Me hubiera gustado que denunciaran en su momento los datos del acuerdo". "El problema de Sol viene de larga data. La fueron asfixiando, con Andes y con Lan que no la dejaron crecer. Este acuerdo era leonino, perjudicial a los intereses del Estado argentino. Sol intempestivamente ha interrumpido sus servicios, no ha quebrado. Nosotros reclamamos la restitución de las fuentes de trabajo y si no su reubicación en otras empresas. Y le pedimos al Gobierno una investigación sobre las condiciones del contrato, para que no queden las irregularidades en críticas mediáticas", añadió en La Mirada Despierta.
Luego de que Aerolíneas Argentinas rescindiera unilateralmente el contrato con Sol para realizar vuelos de cabotaje, la empresa remitió telegramas de despido el viernes pasado y dejó varados a pasajeros y trabajadores en sus bases de Punta del Este (Uruguay), Ciudad del Este (Paraguay), Rosario y Buenos Aires, al suspender los vuelos, a pesar de que el día anterior estuvo vendiendo pasajes.