Un estudio internacional liderado por científicos chinos y con la participación del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana de Burgos ha demostrado que el fortalecimiento del monzón de verano asiático desempeñó un papel crucial en la dispersión de Homo sapiens desde África a Asia oriental durante el último interglaciar hace entre 70.000 y 125.000 años.