William Shakespeare, ser o no ser entre Romeos y Julietas
A 458 años del nacimiento del maestro inspirador de la literatura inglesa.
Stratford Upon Avon es una ciudad inglesa, en el condado de Warwickshire, al sur de Birmingham. Allí fue bautizado el 26 de abril de 1564, el hijo de John, un fabricante próspero de guantes, que incursionó en el mercado del cuero y que llegó a ser alguacil y alcalde de esa ciudad que tenía apenas 2000 habitantes.
John tuvo 5 hijos. Y el que bautizaban aquel día era recién el tercero. Como nombre eligieron William. Y unido al apellido de su padre, aquel niño se llamó entonces William Shakespeare.
La siguiente vez que su nombre estuvo escrito en un acta fue 18 años después cuando se casó con Ann Hathaway. Ella tenía 8 años más que él y estaba embarazada. Pronto llegaría su hija Susan y luego los mellizos Hamnet y Judith.
Muy pronto se mudó a Londres, sin su familia, y allí desarrolló varios oficios.
Una de las curiosidades de la relación con su esposa fue la de vivir, por lo general, separados.
Entre 1585 y 1592 nadie sabe muy bien que hizo. Algunos historiadores dicen que estudió Derecho, otros que se la pasó viajando por Europa, otros que fue profesor de un colegio.
Recién en 1592, cerca de cumplir 30 años, su figura aparece en el ámbito teatral, escribiendo y a veces, actuando.
Centró su obra en un pensamiento claro: la felicidad es el poder.
Empezó escribiendo dramas históricos como Ricardo II, Ricardo III, Enrique IV y Enrique V. En estos relatos habló de la inteligencia y la vileza que conviven en esos seres poderosos que manejan el poder, haya llegado éste de manera hereditaria o ilegítima.
Para no meternos en sembradíos complejos, vamos a encarar la obra de Shakespeare dividiéndola por géneros. A los dramas históricos podemos agregar Enrique VIII y el Rey Juan.
Las Comedias
La primera que escribió fue en 1594 y se llamó “La comedia de las equivocaciones”, la más corta de su vida. Una obra de media hora. Luego apareció “Sueño de una noche de verano”.
Allí son protagonistas Teseo, el duque de Atenas; Hipólita, la reina de las Amazonas, su prometida; y Titania, la reina de las hadas.
Otra obra importante fue “Mucho ruido y pocas nueces”, cuyo protagonista era Don Pedro, príncipe de Aragón.
Más tarde, La Fierecilla Domada y la Tempestad.
Y El mercader de Venecia.
Antes de hablar de las tragedias que escribió don William, contemos el contexto histórico. De qué iba la mano por esos lares.
Felipe II, el rey de España, atacó Inglaterra para sacar del poder a la Reina Isabel I, y mandó a su famosa Armada Invencible, que quedó desarmada y vencida.
Los ingleses vencieron y esa fue la afirmación de su poder en Europa. Isabel tuvo un largo y próspero reinado, que inspiró a artistas y escritores, uno de ellos nuestro amigo Shakespeare.
Ahora sí, las tragedias
Romeo y Julieta: La escribió a los 31 años y trajo la historia de algunas otras historias. Se cree que los apellidos de los protagonistas los tomó de “La Divina Comedia” de Dante Alighieri. En el canto sexto del Purgatorio dice: “Ven a tener vergüenza de tu fama, Montescos, Filipescos, Capuletos…”.
Esta excepcional obra empieza con la siguiente descripción:
“Dos familias de igual nobleza habitan en la ciudad de Verona, a donde vamos a conduciros. Renace su antigua enemistad y las manos de los ciudadanos se manchan con sangre de ciudadanos. Se oye entonar un canto de amores en ambas casas. El heredero de la una ama a la heredera de la otra, pero la suerte persigue a los amantes y sólo la muerte puede enterrar el odio de las dos familias”.
Hamlet: La más larga de sus obras. Puede llegar hasta las 4 horas su representación.
El rey de Dinamarca ha muerto asesinado por su hermano Claudio, que ha usurpado el trono y desposado a la viuda sin respetar el período de luto. A Hamlet se le aparece la sombra (o el espectro) de su padre para contarle la verdad.
Aquí está una de las frases más famosas de la historia: Hamlet la pronuncia en la escena primera del tercer acto: Ser o no ser, ¡¡esa es la cuestión!!
Otelo (el moro de Venecia), Mc Beth, el Rey Lear, Antonio y Cleopatra y Julio César, una tragedia en cinco actos en verso y prosa, donde se cuenta con un vuelo muy especial la muerte del gran romano a manos de Marco Bruto, el hijo de su amante … y el famoso “Tú también, Bruto, hijo mío”.
A propósito de Mc Beth, se cree que es la obra más representada de la historia. Seis veces por día se la pone en escena en el mundo.
Aclaremos que la mayoría de las obras de Shakespeare fueron escritas para teatro y que no había allí mujeres que actuaran. Incluso los personajes femeninos eran encarados por hombres. Posiblemente Julieta se llamara Carlos y luciera un estruendoso bigote.
Indudablemente, Shakespeare fue un genio en describir las contrariedades de las pasiones humanas. Con el correr del tiempo y de la tinta, fue creciendo como escritor hasta situarse en una cima poco habitada.
En 1609, el editor Thomas Thorpe editó, sin demasiado consentimiento de William, un libro con sonetos, 164 en total, que lo ubicaron como una pluma excelsa también para la poesía.
La dedicatoria de ese libro constituyó un misterio nunca resuelto: las iniciales WH.
Rescatamos estas líneas de uno de sus sonetos. Disfruten.
“En ti están todas las decisiones. Si quieres abandonarme, nada puedo hacer. El amor no se obliga”.
El teatro Globo
El Teatro Globo de Londres se inauguró en 1599 y fue el gran testigo del éxito de Shakespeare. Pero el 29 de junio de 1613 ocurrió algo increíble. Se estrenaba la obra “Enrique VIII”. En un momento del desarrollo, se debía disparar un cañón, pero algo salió mal y el cañonazo provocó un incendio que destruyó el teatro por completo.
Eso marcó el final de la carrera artística y dramática del escritor, que se volvió a su Stratford natal.
Regresó rico y famoso. Allí lo esperaban su mujer, sus nietos y sus propiedades.
Pero pudo disfrutar poco de su retiro, porque se murió cinco años después, a los 53.
Lo sepultaron en la misma iglesia donde lo habían bautizado.
Allí hay un busto funerario que tiene la siguiente inscripción:
“Detente caminante, ¿por qué vas tan aprisa? Lee, si sabes, a quién puso la muerte envidiosa en este monumento: A ¡¡Shakespeare!!”.
Para terminar, demolemos un mito.
Shakespeare y Cervantes no murieron el mismo día, como se dijo durante tanto tiempo.
El inglés murió 11 días antes. El tema es que Inglaterra aún no había adoptado el Calendario Gregoriano, por eso aparecen con la misma fecha.
William Shakespeare sirvió de gran inspiración a la industria cinematográfica.
Mencionemos algunos títulos.
Orson Wells hizo Otelo en 1952, Julio César en 1953 con Marlon Brando, Franco Zefirelli dirigió Romeo y Julieta en 1968, la película Shakespeare apasionado del 98 ganó 7 Oscar. El Rey León es la historia de Hamlet. Romeo y Julieta tuvo otra versión en el 96 con Di Caprio.
Etc, etc, etc.
William Shakespeare.
Maestro inspirador.
Pluma célebre.
Inmortal …. como su Romeo y su Julieta.