En una dura nota en la que analiza el viaje de la presidente -titulada "Las desventuras de Cristina Kirchner en China" y que rápidamente se transformó en la más leída del portal-, la prestigiosa revista The New Yorker comparó a la mandataria con el depuesto líder libio Muhamad Kadafi por lo que llama "una rigurosa campaña para convertirse en la jefa de Estado más excéntrica del hemisferio" y por la "torpeza" con la que se conduce en sus relaciones internacionales.
Mientras intentaba convencer a los chinos de los beneficios de invertir en Argentina, Kirchner estableció un nuevo récord de eficiencia de "ofensividad racial", sostiene el artículo firmado por Evan Osnos, especialista de la revista en asuntos internacionales: Se las arregló para insultar a un quinto de la humanidad en menos de 140 caracteres", dice, aludiendo al polémico tuit de la Presidente en el que "caricaturizaba" la pronunciación española característica de los chinos.
"El comentario de Kirchner del 'aloz y petlóleo' llegó pronto a la conciencia de los 1400 millones de chinos", explica el artículo, y tras reseñar algunas reacciones, recuerda un episodio similar en el que un periodista de CNN hizo un comentario ofensivo para la imagen nacional de China y aún hoy, seis años después, los chinos recuerdan la ofensa.
Pero más allá del episodio particular del "aloz y el petlóleo", The New Yorker señala lo que considera "una rigurosa campaña para transformarse en la cabeza de Estado más excéntrica del hemisferio". Mientras que los argentinos ya se han acostumbrado a sus rarezas tras casi tres períodos completos de kirchnerismo -al que define como "una mezcla de tragedia griega con ópera bufa", citando a Jon Lee Anderson-, su comportamiento ha adquirido otro significado en términos globales tras la misteriosa muerte del fiscal Alberto Nisman.
Osnos menciona entre los desaciertos de Kirchner una evolución hacia el chavismo en cuestiones económicas, al considerar que prioriza el poder sobre los intereses del país, confunde teorías conspirativas con política, y se refiere a la economía y la diplomacia como un "inconveniente". "Ella ya ha mostrado a sí misma que es capaz de tomar decisiones incalculablemente mediocres", afirma.
"En el mundo post Kadafi -esto es, en el que ningún jefe de Estado viaja con una carpa y demanda un lugar donde ponerla-, Kirchner puede competir por un nuevo estándar como la VIP más torpe del mundo", desliza el autor.
Por último, luego de reseñar la participación de Kirchner en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, en la que ante una sala llena de monarcas y líderes políticos -Barack Obama, el rey Abdullah, David Cameron, François Hollande y una docena más- hizo una inoportuna intervención sobre Medio Oriente, Osnos señaló una coincidencia entre Obama y su reciente anfitrión, Xi Jinping: el hastío que ambos mandatarios manifestaron ante la locuacidad de la presidente.