"El humor me salvó de mi propia sensibilidad"
Protagoniza "Exit", junto a Nancy Dupláa y Fernanda Metilli. La obra es uno de los tanques actuales de la cartelera porteña, con mucho humor, pero también con profundas toques dramáticos que invitan a reflexionar sobre el mundo laboral.
Una gerenta muy poco calificada, en su primer día de trabajo, tiene que despedir a dos personas, según criterios personales (sin causa alguna) y a través de un decálogo de mandamientos que son un tanto tiranos. Así comienza Exit, la obra que reúne a Juan Pablo Geretto, Nancy Dupláa y Fernanda Metilli, y a partir de ahí se desencadena una serie de diálogos y situaciones que por momentos rozan el delirio.
Geretto recibe a Canosa para comenzar una charla relajada, sin presión del reloj y empieza a reflexionar: “Esa es la base de la obra y siempre tengo la imagen de que somos tres ratones de laboratorio en una jaula que se va achicando. Y en algún momento se terminan las amistades y empieza la lucha por el espacio, la permanencia, la comida y tu propia posibilidad de perder el trabajo y todo lo que eso conlleva. El que logre demostrar que debe quedarse con el puesto sin importarle demasiado el otro, será quien tome la posta en la descarnada pirámide empresarial. Más vigente imposible”, define con una mueca de tristeza.
En la obra, Geretto interpreta a Manuel, el jefe de Contaduría, obsecuente hasta la médula. Vive con su mamá y tiene el “síndrome del esperma perezoso”. Metilli es Maite, la típica empleada contable que encarna sin rodeos a quien guarda un secreto que obviamente no se va a “spoilear” en esta nota. El ingenio del texto hace que los actores no paren de sacarse chispas y que se potencie aún más en cada función.
Desde el estreno para prensa se notó que “Exit” -la obra del catalán Agustí Franch- es un tanque genial. Muy recomendable, incluso para ir a verla más de una vez. Dupláa, Geretto y Metilli conforman un ensamble perfecto, sin fisuras. Se divierten y hacen explotar a la platea, que no se quiere perder nada de lo que sucede arriba del escenario. Es una de las propuestas que ofrece el Multiteatro de calle Corrientes, con dirección y adaptación de Corina Fiorillo, con funciones de miércoles a domingos.
El actor accede a la nota con la mejor onda, agradece los elogios, que bien merecidos los tiene, y recibe a Canosa en el teatro para disfrutar de charla.
-¿Cómo te llegó la propuesta?
-A través de Tomás Rottembeg, el productor. La directora ya había comprado los derechos de la obra y había elegido el elenco. Desde el principio, Duplaá ya estaba entusiasmada, subida a la obra; después se sumó Fer Metilli, así que fue bastante fácil decir que sí. Nancy es una persona que sabe con quién quiere trabajar y fue muy fácil decir que sí para formar parte. Todo arranca con la llegada de la Gerente de Recursos Humanos a la empresa en su primer día de trabajo y a partir de ahí empieza el delirio. Es como la presión del capitalismo salvaje sobre alguna gente que sólo tiene la intención de ver el mundo arder, de generar caos y divertirse con ese caos. La escenografía de Lula Rojo es el complemento perfecto para acompañar tremendo delirio que, insisto, es el resultado del compromiso, mucho ensayo y pasión por la profesión.
-¿Cómo fue componer a Manu, tu personaje y trabajar en equipo con tremenda directora, como Cori Fiorillo?
-Corina es muy rápida para trabajar, sabía qué quería de la obra, tenía una visión clara respecto de que fuera bastante dinámica, basada mucho más en lo corporal que en el texto. Así que rápidamente nos pusimos a mover los cuerpos en el escenario para descubrir qué se podía encontrar en esa búsqueda. En ese sentido, el trabajo con ella fue muy fácil y muy divertido a la vez. El mover los cuerpos nos permitió intelectualizar menos y poner la obra en marcha.
-El público agradece y disfruta mucho la obra, las críticas son muy buenas y agotan localidades. ¿Qué te dice la gente en la calle?
-Estamos muy contentos porque las críticas que han salido son inmejorables y hay un boca a boca muy importante. Cuando la gente sale contenta del teatro, recomienda la obra y muchas veces la vuelven a ver en grupos, para compartir un buen momento de una comedia como “Exit”, que tiene una estructura súper ascendente, donde todo va sucediendo y sorprendiendo desde el minuto uno en cada escena.
Entre todo ese delirio, vale aportar un dato más: la voz en off de Elizabeth Vernaci como Esther, la CEO que aparece en la primera escena, apenas Dupláa pisa el escenario y la sorprende con los diez mandamientos que rigen en la empresa.
-¿Cómo viene aspectado el año fuera de la obra? ¿Estás escribiendo o revisando material nuevo para alguno de tus personajes adorables?
-Por ahora, estoy metido de lleno con la obra, con algunas reuniones, sin ponerles ningún título, con gente con la que me gustaría trabajar y ver qué puede salir de todo eso, en realidad más en el terreno de lo informal y de las ganas que de una propuesta concreta.
-Decime que no jubilaste a los personajes de “la maestra” y “Estrella”.
-Noooo… en este país difícilmente te puedas jubilar. Bien me gustaría poder jubilar a los personajes, pero es casi un imposible, así que están ahí, guardados. Y seguramente esperando que me vuelvan las ganas o la necesidad de volver a hacerlos y pisar otros escenarios.
-¿Te quedaste sin trabajo alguna vez? En ese caso, ¿cómo te las arreglás cuando pasan los meses y no entra un mango?
-Mirá, esos períodos donde no entra un mango fueron tiempo atrás. Suelo ser una persona bastante previsora, organizada y que ha tenido la suerte de que me ha ido muy bien en mi trabajo y siempre fui productor de mis espectáculos. Siempre estoy adelantado a la carencia y planificando. Soy de los actores que producen sus propias obras y no se sientan a esperar a que los llamen. Tengo otra organización con respecto a eso que me permite tener más previsión sobre lo que va a suceder.
-¿Cómo manejás tu economía de bolsillo y cómo la ves?
-La verdad es que sorprenden los precios en la Argentina porque no hay referencias; es decir, lo mismo que te parece caro, te puede parecer barato al mismo tiempo, porque ya perdés la noción del valor de las cosas. Es cierto que el dinero cada vez va a valer menos y el producto seguramente subirá su valor. Si lo encontrás y podés comprarlo, dale nomás, es ahora. Más allá de todo, los argentinos estamos entrenados, sabemos adaptarnos y vivir en esta balsa sobre el tsunami constantemente.
-¿De qué situaciones te salvó el humor?
-El humor es una construcción casi infantil que uno ejercita para tener un filtro de las realidades duras. En ese sentido, el humor me salvó de mi propia sensibilidad, de lo que en su momento se ofrecía como familia y espacio. En ese marco, el humor fue un tamiz, una forma de ver la vida desde un punto de vista donde todo era más soportable.
-¿Cuáles son tus intereses, curiosidades o hobbies?
-Trabajo con otra profesión que es una disciplina, un trabajo corporal, que se llama “Biomecánica aplicada al movimiento”, un trabajo desarrollado por la doctora Teresa Salazar en Argentina y me encanta porque es el estudio de la anatomía y del cuerpo en movimiento. Me atrae porque me da un anclaje fuera de mi trabajo, me invita a meterme en un universo nuevo, paralelo, desconocido, atractivo, como si dejaras de rumiar o pensar hacia un solo lado y tener una vida en otro lugar. Viajar es otro de los placeres que disfruto porque siempre sentí que las fronteras eran un poco limitantes y que se podía estar allá o acá aunque las cuestiones inmigratorias me ponen algunos límites. No tengo mucha raíz… soy más del aire.
-¿Qué significan los amigos para vos?
-Son la familia por elección y no siempre llegamos a formar vínculos familiares con los parientes. Ser pariente es lo que viene, lo inevitable, uno es pariente por una conexión de ADN, de sangre, pero lo familiar es una construcción que se da después de eso. Con algunos parientes uno logra un vínculo familiar cercano, lejano o ninguno. Lo mismo pasa con los amgos, con los que te incorporás en sus vidas o ellos a la tuya. Ese es el nivel de importancia que tienen para mí, son como la red que sostiene el resto de la vida y del mismo modo espero ser para ellos la misma red.
-¿Hacés terapia?
-Hice bastante picoteo con la terapia a lo largo de mi vida, nunca terapias largas porque fue difícil encontrar y empatizar con la persona indicada. Pero últimamente y hace varios años, estoy trabajando y muy contento con un profesional que siento que hace que mi vida sea mejor.
-¿Con quiénes te sentarías a conversar sin tiempo en la mesa de un bar?
-La verdad es que frecuento mucho los bares para sentarme a conversar y es una característica muy argentina. Tuve la oportunidad de vivir en otras culturas y se nota cuando hay dos argentinos en un bar porque todo va rotando alrededor, excepto esos dos que no paran de hablar y corren las agujas del reloj hasta que se viene la noche. Todas las conversaciones que quiero tener, las programo en los bares y lo hago sin tiempo. En caso de admirar a alguien, prefiero evitar esos encuentros porque me gusta que conserven ese misterio, aunque si se da por casualidad tampoco lo rechazaría. La realidad es que no propiciaría ningún encuentro.