Casi el mismo día que varias personas perdieron la vida por la droga adulterada, las autoridades descubrieron que los narcos la vendieron en el barrio conocido como Puerta 8, e identificaron al responsable de dicha distribución: un hombre de origen paraguayo al que llaman "El Paisa".

Los medios se subieron rápidamente al análisis del personaje que ganó centralidad: reunía varias condiciones, un apodo, es extranjero, tenía antecedentes y además, se negó a declarar, ¿que ocultará "El Paisa"?.

De acuerdo a lo que pudo verse en televisión, el aspecto del "Paisa", los domicilios donde vivía y trabajaba, los vehículos en que se trasladaba, "el psicosocial" de este hombre digamos, "El Paisa" no es el narcotraficante que se busca. Es, en el mejor de los casos, un eslabón intermedio con el que todos quieren que nos conformemos.

El show continuó: Migraciones lo echó del país (aunque tenga que quedarse durante todo un juicio que seguramente será eterno), y durante todo el día, fue la noticia principal de los canales de la especialidad. El centrismo informativo en cabeza de "El Paisa", ideal para los verdaderos narcos.

Pero, como se dijo, es evidente que el detenido es un eslabón, en el mejor de los casos intermedio, de una cadena. ¿Quien provee al Paisa? ¿De donde saca la cocaína y de donde el fentanilo si es la droga con la que cortó la coca?.

Los narcos no viven como "El Paisa". Ganan muchísimo dinero, habitan casas lujosas, desde donde dan las órdenes, facilitan la provisión de la materia prima, se mueven en rodados de alta gama. No es una película, es la realidad.

El detenido, que se niega a declarar, lo hace porque jamás va revelar hacia donde sube la cadena, simplemente porque si lo hace se muere, pero además porque parece no convenirle a nadie. Y en algún punto, los medios colaboramos con esa interrupción de la cadena, porque apostamos al rating que nos da el personaje secundario y no se hace el hincapié necesario en la lucha real contra el narcotráfico, que implica buscar las responsabilidades por arriba del personaje.

"El Paisa" no es nadie, o casi nadie, es totalmente reemplazable, casi un peón y si seguimos televisando cuando unos vehículos policiales salen corriendo cinematográficamente de una comisaría del conurbano, presuntamente con el personaje adentro, no estamos haciendo foco en la verdadera lucha contra el narco y en que esto no vuelva a ocurrir.