"Lamentablemente, hay poca ficción nacional y creo que hace falta más comedia en la TV"
El multifacético actor, que está representando la obra "Edmond", en el Teatro General San Martín, habla de la profesión, de Messi y Maradona, de la amistad, de la tecnología y de los colegas a los que admira.
“Estoy llegando en diez minutos”, avisa Miguel Ángel Rodríguez vía whatsapp, mientras atraviesa la ciudad en su auto y sufre por la odisea de manejar en hora pico. Mientras tanto, Vero, quien forma parte del equipo de prensa del Complejo Teatral de Buenos Aires, invita a Alejandra Canosa a recorrer el Teatro Presidente Alvear, que reabrió sus puertas después de nueve años con la obra “Edmond”, escrita y dirigida por el francés Alexis Michalik.
Se trata de una obra multipremiada, con traducción y adaptación de Fernanda Cava y Gabriela Ricardes, y un elencazo de actores argentinos: está protagonizada por Miguel Ángel Rodríguez, Felipe Colombo y Vanesa González y se puede ver de miércoles a domingos a las 19.
Durante la recorrida, se adivina desde lejos el vozarrón de Miguel, quien saluda a todo el mundo con el mismo gesto que repite a lo largo de la entrevista con los actores que caminan por los pasillos y entran al camarín para saludarlo.
Actor popular que ha hecho carrera en la televisión como comediante exitoso en “Los Roldán” “Son amores”, “Por amor a vos”, “Alguien que me quiera”, “El show de Videomatch”, “Polémica en el Bar” y “Los Rodríguez”, donde homenajeaba a Minguito Tinguitela, el personaje inolvidable de Juan Carlos Altavista.
“Canosa, ¿te preparo unos mates?”, pregunta sin esperar respuesta, con la sonrisa dibujada mientras llena el termo, carga yerba al mate y arranca cebando. “Qué bueno que viste la obra”, exclama con alegría al recibir elogios por su interpretación de “Coquelín”, un personaje que lo sedujo apenas leyó el guión. Su camarín es pequeño pero la calidez con la que invita a conversar se desparrama incluso hasta por los pasillos, porque la puerta quedó abierta de par en par. Pasen nomás…
-Si la memoria no me falla, es la primera vez que trabajás para el Teatro San Martín ¿Creías que era imposible? Digo, porque quizás un actor tan popular no imagina pisar esas tablas, más allá de que Roberto Carnaghi, Gianni Lunadei o Ernesto Bianco alternarón este teatro con éxitos de la tele.
-Sabés que me lo pregunté muchas veces. ¿Ché cómo será trabajar ahí? ¿Cómo se llega? Y se juntaron un montón de cosas. Es verdad que muchas veces pensaba si encajaría un actor popular o no, pero coincidiendo con los que vos mencionaste, me acuerdo que Alfredo Alcón actuaba en el San Martín y también trabajó en la tele para Pol-Ka.
-¿Tenés representante o sos de los que autogestionan proyectos?
-No, nunca tuve representante y si tengo que encarar a alguien por algún proyecto que me interesa, lo hago. En este caso, me llamó un productor del San Martín para hacerme la propuesta y ya se sabía que el director -a quien yo no conocía- estaría en el país sólo cinco días. Me habían pasado unas hojas, las imprimí y me fui al teatro. Ahí estaba Michalik y apenas lo ví le dije que el personaje de Coquelín era para mí. Así, tal cual, sin vueltas: ¡Coquelín soy yo!
Una vez confirmado, Miguel pasó el verano haciendo “El hostel de los millones”, en el Teatro Candilejas de Villa Carlos Paz, “y mientras tanto aprovechaba a leer y ver videos y de regreso a Buenos Aires me puse a ensayar con todo el elenco”.
-¿Cuál es tu método para estudiar la letra?
-Hay textos que te ordenan. Esta obra tiene 168 páginas y el texto de los compañeros te lleva a ejecutar ciertos movimientos… percibís lo que viene después. La obra tiene una dinámica intensa y la disfruto muchísimo. La puesta tiene un decorado muy particular, una obra dentro de otra, mucho juego de luces, música que acompaña y por eso me encantan los ensayos, es como cuando vas preparando una comida, no sabés cómo va a salir. Todo lo que pasa en la previa te nutre muchísimo. Me encantan los ensayos porque la curva de emociones de todos es parte del momento creativo.
De pronto, aparece Felipe Colombo, quien interpreta a Edmond Rostand en la obra, y dice en voz alta: “Qué lindo que te vengan a hacer una nota habiendo visto la obra antes”. Y Miguel acota: “Básicooo”, mientras se lleva la mano a la cabeza.
Retomando el hilo de la conversación, agrega que le gusta respetar el texto tal cual está escrito y sólo se permite ciertas licencias si el director lo habilita en una comedia que lo justifique.
-¿Qué significa ser actor para vos?
-Ser actor es sólo una parte de lo que significa ser artista. Hay que disfrutar el recorrido sin perder de vista cuáles son nuestras limitaciones; sabiendo que todo te hace ganar experiencia y con 40 años de laburo uno va sabiendo más o menos lo que hay que hacer. Esta obra me hizo acordar a la época en que yo hacía “La peluquería de Don Mateo”, porque había que actuar todo para afuera, con desparpajo, y en la comedia francesa pasa algo parecido. No estoy comparando una con la otra, pero es la sensación que tuve apenas empecé a ver los videos. Estoy encantado con esta comedia tan bien escrita y con dinámica escénica, trastos que suben y bajan, y me anticipo al maravilloso Cyrano que va a estrenar muy pronto el Puma Goity en el Teatro San Martín.
Conversar con él en el camarín 12 es como estar mateando en la cocina de su casa. Simple, alegre, luminoso, con prendas coloridas que cuelgan del perchero, algunos pares de zapatos en el piso y las galletitas sobre la mesa.
-También estás grabando “Buenos muchachos”, la nueva tira de Pol-Ka.
-Sí, estamos grabando en los estudios de Don Torcuato, a veces tengo jornadas de exteriores en San Miguel y van cambiando los horarios. Hay días en que me levanto a las 6, me preparo el mate y estudio las escenas. Esta ficción, cuenta la historia de una banda de chicos, hijos de abogado. El tema es que los tiempos de la tele no van al ritmo de las plataformas digitales que coparon todo
-¿Qué opinión tenés respecto de la tele?
-Lamentablemente hay poca ficción nacional y creo que hace falta más comedia en la TV. Volvamos a la comedia abierta, el mate sobre el mantel de hule en la cocina y personajes que reflejen a las familias de ahora. En síntesis, el mensaje es que no hay nada más lindo que la familia unida. En el formato que vos quieras. Contando a través de los personajes que no llegan a fin de mes con la guita, con los problemas familiares sobre la mesa, lo que pasa en la vida real. El público está necesitando eso. Te aseguro que funciona, no todo el mundo puede pagar por todas las plataformas digitales.
En la vida real, Miguel es hincha fanático de San Lorenzo, pero en la ficción se destaca como el “Oveja”, en la serie Barrabrava, que se emite por Amazon Prime Video. Ahí interpreta a uno de los líderes del grupo más pesado del Club Atlético Libertad del Puerto, donde se lo puede ver con la barba más tupida y la cabeza rapada. “Fue increíble. Muchos me dijeron que me reconocieron en el cuarto capítulo. Además, tengo la voz en off de la serie. Ojalá haya una segunda temporada”, dice con expresión de deseo, porque lo pasó genial.
-Te imagino en rueda de amigos hablando de fútbol permanentemente.
-Sí, soy de esos. De hecho, después de la función me voy a un asado con un amigo, hincha de San Lorenzo, que me espera en Martínez. Tengo varios grupos de amigos. Uno es de hockey, de cuando entré al Club YPF, en el año 69, que se llama “Leyendas”; somos veintipico, algunos en el país y otros en el exterior. Creo en la amistad corta y larga y los grupos también se van renovando. Me miro al espejo y me reconozco, sé qué pastilla me toca tomar si me duelen los meniscos. De salud ando bien, tengo diabetes tipo 2 pero me hago chequeos y está controlada. A esta altura de la vida vas viviendo lo que en otro momento sólo eran refranes.
-¿Cómo es la relación con tus hijos que ya tienen veintipico?
-Muy buena. Lo que es muy brusco es todo lo que nos pasa con las nuevas generaciones, yo tengo 62 años pero a veces es difícil que te entiendan porque la demanda está en que los entendamos nosotros. Subís una historia a Instagram haciendo gimnasia y ya estás con otra cosa… todo desaparece en 24 horas. Ellos ganan plata con las redes y me han hecho cobrar a mí cosas que yo ni sabía que se monetizaban. Ellos me actualizan con cosas que no sabía. Soy medio una mezcla de Pedro Picapiedras con Homero Simpson. Nunca tuve computadora, así que no me envíes un mail porque me pongo nervioso de sólo pensar en intentar usar el mouse y que se piante la flechita. Me sacás del whatsapp y no me pidas más. Me vuelvo loco con las claves y las contraseñas, imaginate una operación online cuando aparece un texto que me pregunta si confirmo el pago. ¡No me lo preguntes, si ya te dije que sí! Jajajaja
-¿Efectivo o tarjeta?
-Las dos cosas. Uso las tarjetas y me hago el moderno pero el documento y los billetes los ato con gomita. Que suene. Debe ser un TOC.
-Y con respecto al fútbol ¿Qué opinión tenés de Messi? ¿Cómo lo ves?
-Messi es un crack, pero me cuesta verlo en Miami. Yo soy maradoniano, pero no importa. Lionel me dio mucha felicidad en el Mundial, igual que lo vivieron mis hijos y mi mujer, todos mirando los partidos en casa, llorando de emoción. Messi se merecía esa copa, me encantó. Pero me hubiera gustado que se quedara seis meses en la Argentina jugando en Newell´s, porque es el club donde empezó. El jugó en canchas chicas, más humildes y conociéndolo, sabemos que no se le van a caer los anillos. Imaginate a Messi jugando en Defensa y Justicia, donde las plateas son terrazas de las casas que están al lado y que lo vean más cerquita y después se va. Seis meses nada más. No importa si sale campeón o no, hubiera sido una caricia al alma para todo el mundo.
-Es muy gracioso escucharte hablar de tecnología.
-Me vuelvo loco con todas las funciones y las aplicaciones del celular ¡Nooo sé usarloooo! Voy a ajustes y me quedo ahí, tengo que enviar fotos o videos y tengo que consultarles a mis hijos que la tienen re clara. Quiero subir un reel a Instagram y puedo estar toda la tarde.
-¿Con quién tomarías un café pendiente en la mesa de un bar de Buenos Aires?
Tomaría café con muchos, pero quizás para arrancar elegiría a Robert De Niro. Sé algunas cosas de él pero me da mucha curiosidad cómo encara sus personajes, creo que coincidimos sin saberlo. Siento que él usa el “método De Niro”. También agregaría a la lista a Al Pacino, a Jack Nicholson, Robin Williams, esos actores me vuelven loco.
-Párrafo aparte para Diego Armando Maradona, ¿no?
-Uyyy, se me infla el pecho. Tengo los mejores recuerdos de Diego, fui a su casamiento, para mí fue un tipo muy generoso. A pesar de que no coincidía en todo lo que decía, pero eso no importa. No se trataba de discutir con él, sino entender quién era. Hay una nota que le hicieron a Ernesto Cherquis Bialo, donde le preguntaron por Maradona, y él respondió ¿Qué Maradona? Hay treinta. ¿A cuál se refiere, usted? ¡Mucho laburo para un solo tipo!