"Soy un privilegiado y agradecido de poder vivir de lo que me gusta"
El actor y director tuvo un 2023 con mucho trabajo y empezará 2024 con dos obras en Mar del Plata.
Fue concebido literalmente en un escenario, pero no vamos a entrar en detalles porque él mismo contó la historia en varios programas de televisión. A los 11 años, época donde se podía tomar el colectivo y regresar de noche porque no había los peligros que hoy tendría un chico de esa edad, estudiaba teatro y al mismo tiempo hacía algunas changas para comprarse libros, ir al cine o comprarse las zapatillas que le gustaban. En su casa no sobraba el dinero y había que salir a ganarse el mango. De los 13 a los 19 años fue boletero y acomodador del teatro “Andamio 90”, de Alejandra Boero, donde también se formó como actor. Básicamente se curtió en el teatro independiente, donde aprendió a armar escenografías, curioseó con la iluminación, fue asistente…
Luciano Cáceres es un tipo noble, confiable, sus ojos celestes no pasan desapercibidos sobre todo porque es de los que miran de frente y no bajan la mirada. El actor y director jamás esquivó a la prensa porque no tiene nada que esconder y afortunadamente forma parte del “team” de los que acceden fácilmente a cualquier consulta, siempre y cuando le den los tiempos y manteniendo el perfil bajo.
Apenas escucha el audio de whatsapp de Alejandra Canosa responde con la mejor onda. “Hola Ale, dale, genial, hagamos la nota esta semana. Te aviso apenas sepa los horarios de ensayo”, expresa con voz amigable, haciendo mención a la obra que en pocos días estrenará en la cartelera marplatense. Dos días después está conversando con Canosa, sentados a la mesa de un barcito de Palermo con la misma sonrisa con la que saluda cuando termina una función de teatro y con el entusisasmo de que lo mejor siempre está por venir.
-Y lo que viene es el estreno de "El Beso", la comedia que protagonizás con Mercedes Funes, Luciano Castro y Jorgelina Aruzzi, dirigidos por Nelson Valente, que tiene un tercer ojo para sacar lo mejor de los actores.
-Sí, ya estamos cerca del estreno que será el 26 de diciembre en el Teatro Lido de Mar del Plata. Con Luciano Castro compartí muchas horas de tele, teatro comercial e independiente, lo dirigí hace varios años en “El circo casero de los hermanos Suárez”, una obra de Gonzalo Demaría, así que compartir la temporada con él es un planazo. A Jorgelina y a Mercedes las conozco desde hace mucho tiempo, pero no había tenido la suerte de trabajar con ellas. Armamos un grupo hermoso y los ensayos vienen muy bien. Nos reímos mucho.
-El título de la obra es sugerente. ¿Con qué se va a encontrar el público?
-Con una comedia desopilante porque el planteo que hace el director y autor de la obra tiene que ver con dos parejas, un hecho que todo lo modifica y… un beso que transforma todo. La obra dura una hora y veinte y en el mientras tanto va a haber mucho intercambio, pero no a lo swinger, sino situaciones que van a hacer que esas parejas vayan modificándose casi como en efecto dominó, eso es lo que provoca ese beso inesperado que va a dar que hablar.
-Hablemos de las distintas categorías de besos. Uno no besa a cualquiera y si alguien besa mal no la remás ni un poco ¿Coincidís?
-Totalmente, uno no besa a cualquiera y no hay manera de remar un beso. Por suerte estoy en pareja, bien acompañado hace tres años y compartimos esos besos a diario. A esta altura de la vida uno elige la compañía y los besos. También, por mi profesión, he tenido que besar en la ficción y en ese caso, depende mucho el género y el guión, pero siempre fui muy profesional y no tuve problema con quien me tocó compartir escenas porque todo se conversa antes para que fluya. Quizás, cuando sos más jóven te ponés nervioso y es incómodo porque tenés que actuar la intimidad en un ámbito que no lo es pero ya no.
-Un "beso" puede iniciar o terminar una relación ¿Tenés alguna anécdota?
-Sí, por ahí mis primeros besos fueron jugando a “verdad o consecuencia” o a “la botellita”. Entonces, fui aprendiendo y formándome en el arte del amor. No recuerdo ninguna anécdota, pero es un bajón si te descubrís con una lechuga en el diente o si comiste algo con ajo. Aunque si hay amor, los dos comemos ajo y se disfruta y se banca jajaj.
Cáceres también hará el unipersonal “Muerde”, escrito y dirigido por Francisco Lumerman, que se presentará en el espacio Chauvín de la ciudad de Mar del Plata todos los lunes a las 22, inaugurando la sala teatral que hasta ahora sólo funcionaba para microteatro. El unipersonal se presentó en Buenos Aires con solo seis funciones y agotó localidades. Se viene un veranito movidito aunque habrá tiempo para playa también.
-Transitaste un año agitado de trabajo. ¿Qué tal si repasamos todo lo que hiciste?
-Fue un año muy intenso y estoy muy agradecido. Arranqué el año retomando la dirección y actuando en “Elsa Tiro”, la obra de Gonzalo Demaría, en el Teatro Regio y el delirio de mundo que juntó el autor con Eugene O´Neill, en su paso por Buenos Aires allá por 1910, relacionado con la porno más antigua de la historia que se conserva en la Argentina. Después, vino el rodaje de “Frágiles”, un thriller que aborda el tema de las sectas.
-También viajaste a España a filmar “Adiós Madrid”, de Diego Corsini. ¿Cómo fue esa experiencia?
-Sí, protagonicé esa peli y la rodamos en Madrid con elenco español. Es la historia de un tipo al que a los 10 años el padre se fue a vivir la movida madrileña, salió del closet y durante 35 años no lo vio. Un día recibe un llamado de la pareja actual del padre que le avisa que su padre está hace dos meses internado con una enfermedad terminal en coma inducido y es el único familiar que le queda para tomar la decisión final de desconectarlo. Él viaja por poco tiempo y en esa noche, en la que llega a Madrid, va a conocer a su padre por todo su entorno y llega el perdón por todos esos años de ausencia que padeció.
-En tiempos donde prácticamente no hay ficción nacional, te convocaron para hacer "Buenos Chicos", la tira diaria del prime time de Canal 13 donde interpretabas a un médico alcohólico, padre de una de las jóvenes del elenco.
-Fue un privilegio que me hayan convocado porque fue la única ficción que se hizo en el año, con un personaje complejo, un tipo que pelea todos los días por su adicción al alcohol y después el género que hay que defenderlo a diario, con sus historias de amor y en este caso también acompañando a los protagonistas jóvenes de la historia. Me ha tocado trabajar con dos actrices que admiro mucho como Brenda Gandini y Romina Gaetani, y con Agustina Tremali, una actriz muy talentosa.
-Hace tiempo que es dificilísimo bancar los costos de la ficción en la Argentina y eso colabora para que las tiras extranjeras ocupen lugar en la grilla.
-Y sí, es un tema muy complejo. Está difícil porque los costos son muy altos y creo que también tiene que ver con el recuperar dinero a través de la publicidad y eso lo digita el rating. Pero hoy no sólo se mide un programa por la planilla de rating porque hay muchas alternativas para ver ficción a través de distintas aplicaciones y plataformas el día y a la hora que cada uno elige. Es muy difícil tener datos concretos del público real que está viendo el programa.
-¿Te radicarías por un tiempo en el exterior si surgiera una propuesta de trabajo interesante?
-Siempre está la posibilidad pero no sé si estaría mucho tiempo porque soy muy familiero, muy padre, más todos mis vínculos… Tengo muchos años en el oficio y he trabajado mucho afuera: España, Italia, Brasil… Las plataformas digitales nos internacionalizaron y me han llamado de otros países porque vieron algunos de mis trabajos.
-¿Qué significan los amigos para vos?
-Los amigos para mí son la familia elegida y si bien no tengo muchos, son muy cercanos. Compartimos momentos importantes en las buenas y en las malas. Siempre están y estoy para ellos.
-¿De qué cosas disfrutás en tus tiempos libres?
-Me gusta hacer planes con la familia, mi hija Amelia y amigos. Siempre priorizo la calidad por sobre la cantidad. Me gusta cuando surgen esos momentos de charla que además son necesarios. También disfruto mucho de la lectura y de ser espectador de mis colegas en el cine, la tele o el teatro.
-¿Que importancia le das al tiempo en función de la finitud de todo?
-Siento que cada vez voy teniendo más en cuenta lo que es vivir el hoy, el presente, el ahora. Muchas veces me distraigo de lo verdaderamente importante pero enseguida trato de ponerme en eje. Y soy un privilegiado y agradecido de poder vivir de lo que me gusta y estar rodeado de mis afectos.
-¿Con quién te sentarías a conversar sin tiempo en un barcito de Buenos Aires y de qué hablarían?
¡Uy, me mata esta pregunta! Elegiría a varios: algún prócer, un personaje bíblico para comprobar si son de verdad, algún griego notable, compañeros de la profesión con los que por suerte comparto muchas charlas. También me gustaría hablar con desconocidos, me interesa porque siempre me cuentan historias y si algo tengo a favor es que tengo buena escucha.
Luciano se despide con un beso cálido y con la misma sonrisa con la que llegó a la entrevista no sin antes sacarse un par de fotos con quienes lo reconocen y le piden “¿nos sacamos una selfie?”