AFIP solicitó que se investigue la capacidad de compra del hombre que adquirió el auto de Fariña
Fuentes cercanas precisaron el comprador, Carlos Antonio Limeres, es un monotributista inscripto en la categoría D de hasta 96.000 pesos de ingresos anuales.
La Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) presentará ante la justicia un escrito para que se investigue la capacidad de compra de la persona que hoy adquirió en un remate la camioneta de Leonardo Fariña, antes de hacer efectiva la transferencia de la unidad.
Fuentes cercanas al caso precisaron a Télam que el comprador -Carlos Antonio Limeres- es un monotributista inscripto en la categoría D de hasta 96.000 pesos de ingresos anuales, mientras que la unidad fue adquirida en 644.000 pesos.
Según trascendió, la AFIP ya comenzó a investigar si los fondos empleados para la compra del vehículo están debidamente declarados.
Una de las posibilidades que se barajan es que Linares pudo haber comprado la camioneta a nombre de un tercero o haber cobrado recientemente un dinero extraordinario, como una indemnización o herencia, que le haya permitido adquirir la camioneta, situación que se podría dilucidar a través de la investigación pertinente.
Las mismas fuentes dijeron incluso, que de constatarse un preacuerdo entre el martillero Ricardo Fronza y el comprador, la AFIP podría pedir la anulación de la subasta, solicitar una nueva y la separación del encargado del remate designado por la justicia.
Uno de los detalles que llamó la atención de las autoridades es que, una vez concluido el remate, Limeres se fue en la camioneta del martillero público.
La camioneta de Fariña, secuestrada por la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), fue rematada en la ciudad de La Plata, con una base de 325.333 pesos, y un precio final de 644.000 pesos, en una breve puja que tuvieron los oferentes.
El vehículo -secuestrado en mayo pasado durante un operativo antidrogas- es un BMW negro, modelo X6 del año 2011, patente JMK 762, con 42.000 kilómetros y tiene un valor de mercado de un millón de pesos.
La subasta fue dispuesta por un edicto de la Secretaría de Ejecuciones Penales del Juzgado Federal 2 de La Plata, a cargo de Adolfo Ziulu, y se llevó a cabo en el auditorio de la Agencia 2 de La Plata, que estuvo colmado por el público.
Los oferentes comenzaron las propuestas partiendo de la base de 325.333 pesos y con montos que iban de 10.000 pesos en adelante, y cuando se llegó a los 644.000 pesos, el rematador bajó el martillo, al no haber nuevas ofertas y se vendió al mejor postor.