Al final, nadie sabía nada: el cohete chino cayó en el Oceánico Indico.
La NASA, el Pentágono y todos los especialistas en trazar trayectorias de basura especial, especularon sobre los lugares de la caída: ninguno estuvo ni cerca.
Que cuidado que Argentina está dentro del rango de posibilidades de caída del cohete chino descontrolado. Que ahora no hay problemas, pero podría caer en Chile. Que seguramente será en el Oceáno Pacífico. Que ojo Centroamérica.
Pero el cohete chino terminó cayendo en el Océano Indico, cerca de las Islas Maldivas, casi desintegrado en su totalidad por la fricción que se produce en el ingreso a la atmósfera, no dañó a nadie y terminó cayendo en un lugar donde ninguno de los "científicos" había previsto.
Los gobiernos gastan cada vez mas presupuesto en ciencia y tecnología, lo que es loable, pero entre la pandemia de Coronavirus y los miles de desaciertos (¿alguien se acuerda que los infectólogos exigían que no usásemos barbijo porque era nocivo y ahora si no te lo ponés sos casi un criminal?), y eventos como el del cohete chino, con el que nadie pudo dar una aproximación razonable sobre donde caería, uno empieza a sospechar que hay programas científicos que se están robando el sueldo.