El aumento de tarifas en el transporte público del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) ha generado un impacto considerable en la cantidad de pasajeros que utilizan el subte y los colectivos, especialmente en un contexto de recesión económica. Este fenómeno se ha visto acentuado por el incremento del teletrabajo, que ha modificado los hábitos de movilidad de los ciudadanos. En los próximos meses, se anticipan nuevos aumentos en las tarifas, lo que podría agravar aún más la situación.

Un estudio realizado por la Asociación Argentina de Empresarios del Transporte Automotor (Aaeta) sobre las transacciones del sistema SUBE indica que, en los primeros ocho meses de 2024, la cantidad de usuarios transportados ha disminuido un 11% en el subte y un 6.6% en los colectivos en comparación con el mismo período de 2023. En contraste, el transporte ferroviario ha experimentado un ligero aumento del 1%, resultado de una mayor fiscalización para evitar el uso indebido del servicio.

Las empresas de transporte han señalado tres factores principales que contribuyen a la reducción en la cantidad de pasajeros. En primer lugar, se encuentra el aumento significativo en las tarifas del transporte público. Desde la asunción de Javier Milei, el costo del boleto de colectivo se ha incrementado en un 600% (de $52.96 en diciembre a $371.13 en agosto), aunque sigue siendo el segundo más económico del país. Un aumento similar se prevé para los trenes, que pasarán de $48.38 a $280.

En cuanto al subte, la administración del jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri, ha implementado un aumento que llevará el pasaje de $110 a $757 a partir de octubre, lo que representa un incremento acumulado del 688%.

El segundo factor que las empresas de colectivos advierten como causante de la disminución de pasajeros es la caída en la actividad económica. Según datos del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec), la economía experimentó una retracción del 2.3% en el primer semestre del año en comparación con el mismo período del año anterior. Si bien el sector agropecuario ha mostrado signos de recuperación, las áreas de comercio e industria continúan enfrentando retrocesos.

Un tercer factor identificado es el deterioro en la calidad del servicio. Según Aaeta, algunos usuarios prefieren no utilizar el transporte público, aun cuando pueden afrontar el costo del boleto, optando por caminar o buscar medios alternativos debido a la baja frecuencia y la insuficiente compensación a las empresas por los ajustes en los subsidios.

En comparación con los niveles de pasajeros de la prepandemia, actualmente el uso de colectivos ha disminuido en un 18% respecto a 2018, mientras que el subte ha sufrido una merma cercana al 40%, y los trenes han visto una reducción de casi un 20%. Este descenso también se relaciona con la consolidación del teletrabajo, que ha cambiado las dinámicas de desplazamiento de la población.

Finalmente, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) del Indec reportó una variación de 4.2% en agosto, acumulando un 94.8% en los primeros ocho meses del año y un 236.7% interanual a nivel nacional. El rubro de vivienda, agua, electricidad y otros combustibles lideró el índice con un aumento del 7% en el último mes, mientras que el transporte registró incrementos del 5.1%, 114.8% y 270.6%, respectivamente, muy por debajo de las subas de tarifas.