Carrió y el sicariato retórico de alto costo
La histórica dirigente es la encargada de disparar contra los rivales del PRO en la interna de Juntos. Tenerla de su lado, le generó un alto costo a la alianza.
¿Cuantas personas votarán hoy a Juntos por la actividad de Elisa Carrió en la campaña o la de sus candidatos en las listas?. Un misterio, que ningún encuestador se va a encargar de develar porque nadie va a pagarle por ello. Pero da la sensación de que los electores que sufragarán en septiembre y noviembre, por Pala Oliveto Lago, Fernando Sánchez (ambos en CABA), Juan Manuel López o Marcela Campagnoli (Provincia), no hacen la diferencia.
En la Ciudad de Buenos Aires, si Juntos consigue una buena elección, podría ingresar, de 13 cargos en disputa, unos 6 diputados nacionales. Si la lista oficialista que lidera María Eugenia Vidal se impone en la PASO con holgura, justamente el sexto lugar que lleva el mencionado Sánchez sería el último en ingresar a la Cámara Baja.
¿Como es posible que con la baja potencia electoral de la Coalición Cívica, haya obtenido dos cargos "para entrar" en una lista de la que entraran seis?. La misma cantidad que el radicalismo y que el propio larretismo.
En Provincia de Buenos Aires los candidatos "a entrar" son más, pero de todos modos Lilita colocó a López y Campagnoli, tercero y cuarta respectivamente. Allí habrá una primaria mas reñida con la lista que lidera Facundo Manes. Si se intercalan 1 x 1 para la general, Carrió tendrá el sexto y la octava, ambos ingresan a la Cámara.
¿Cual sería el capital político para semejante negociación de cargos de tamaño éxito?. No los votos, claramente el temor. Tener a Carrió disparando disconforme es una carga compleja. Todos saben que tiene prensa y es capaz de decir cualquier cosa.
Por el contrario, tenerla de "tu lado", te garantiza un sicario retórico dispuesto a disparar contra tu rival de continuado durante toda la campaña e in crescendo a medida que se acerca la elección.
Justamente, donde se mencionó que la elección es más reñida, la Provincia de Buenos Aires, es donde la francotiradora está apuntando: directamente a Facundo Manes, que abrió la puerta de la batalla directa, señalando a Horacio Rodríguez Larreta, y se encontró con una lluvia de balas proveniente de Carrió.
No son muchos los ejemplos en que el sicariato retórico de una persona es el capital político de un espacio, pero este, es uno muy claro.